La empresa Arcos Dorados, que es dueña de la franquicia de McDonald’s en Perú, apeló la multa que le impuso Sunafil por cometer seis infracciones muy graves que terminaron con la muerte dos jóvenes que trabajaban 12 horas al día en uno de sus locales de Pueblo Libre sin las medidas de seguridad necesarias.

La Superintendencia Nacional de Fiscalización Laboral —Sunafil— sancionó con S/845.670 a la referida compañía, pero el proceso por esas muertes se estancó, debido a que la empresa decidió apelar y presentó sus descargos, según informó El Comercio, pese a que la misma empresa admitió su negligencia.

Ahora, el caso pasará a una segunda instancia donde se evaluará si la sanción será aprobada o cambiada. La abogada de la familia de Alexandra Porras, la joven que falleció electrocutada junto a su compañero, dijo que las investigaciones del caso continuaban en cero.

"Nosotros exigimos justicia, por ese motivo vamos a hacer un plantón. Estamos mendigando justicia. No hay ninguna persona detenida, no hay ninguna empresa detenida", indicó en Exitosa.

En diciembre pasado, el director general de Arcos Dorados, José Carlos Andrade, reconoció que en el local de McDonald’s donde murieron los jóvenes había una máquina expendedora de gasesosas que tenía una fuga de corriente eléctrica y que no se avisó a tiempo a mantenimiento. "Vamos a asumir esa responsabilidad", expresó el ejecutivo en ese entonces. 

Casi dos meses después, otra es la realidad. 

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