Leoncio Bueno cumple 100 años este 2 de enero de 2020. Un siglo y el último año de una década, combinación perfecta para un poeta. Muchos lo conocen como el poeta proletario o el poeta obrero. Esto por uno de sus oficios. Pero él trasciende ese concepto. Es memoria viva, es poeta carnal que transmite en directo su presión arterial.
Nació en la hacienda La Constancia, distrito de Chocope, provincia de Trujillo, La Libertad, en 1920. Su lugar de origen es más que un punto geográfico. “Para mí, constancia, o sea persistencia, coherencia, tenacidad, es el símbolo de mi propia vida. Y mi gran amor, con lo que sueño, mi mejor fantasía, lo que más quisiera lograr, es la plena libertad. Soy un hijo de la constancia y un hijo de la libertad”, dice don Leoncio.
Peón, jornalero, obrero, electricista, mecanógrafo, periodista, sindicalista, mecánico … poeta, moche, norteño, peruano, universal. Leoncio, conversador, curioso, lector, humano. Nuestro poeta, que no es récord de ventas ni parte del establishment literario, lo que nunca le ha quitado el sueño, será homenajeado este 3 de enero por el cineasta Javier Corcuera y La Mula Producciones –en colaboración con la Casa de la Literatura Peruana– con el estreno del cortometraje 100 años con Leoncio Bueno.
El director de Sigo Siendo y El Viaje de Javier Heraud, ambas coproducidas con La Mula Producciones, da la palabra al vate, quien con breves pinceladas narra partes de su historia, que es nuestra historia.
“Este corto surge a partir del rodaje de la película de Javier Heraud. Fui a visitar a Leoncio porque Javier Heraud era un asiduo asistente a su taller de mecánica, donde se reunían poetas, periodistas y otros intelectuales. En realidad, yo iba a hacerle una pequeña entrevista a Leoncio, pero terminé rodando tres días con él porque es un trozo de memoria del país, un poeta de trayectoria y una vida muy coherente y combativa”, nos dice Corcuera.

El cofundador del grupo de escritores Primero de Mayo no pretendió ni pretende ser profesor, ni artista, tampoco un pensador, intelectual, o erudito, pero sí ser un poeta carnal. El escribe como un loco para morir un poco, con algo de dignidad, pero a la vez afirma que “hacer poesía es y ha sido siempre nacer de nuevo”.
Leoncio escribe para expresar el volcán que lleva dentro. “Soy un hombre de tercer mundo, de hacha y de machete. No soy exquisito ni soy cazador de figuras ni busco una tonada, trato de exponer mi cólera, mi inconformidad con el mundo”.
Es lo que le atrajo a Javier Corcuera, desde que supo de él, desde que su padre –don Arturo– participaba de tertulias con don Leoncio, allí, en su taller de mecánica, que fue la casa de la poesía.
“Leoncio, que tiene la mitad de edad que el Perú, es un hombre de vanguardia. Su poesía es vigente, pues lo que dice lo ha vivido y vive el Perú, América Latina, el mundo. Ha sabido tener una vida coherente con lo que piensa, y no se arrepiente de nada”.

Y es lo que este pequeño filme trata de mostrar, parte de la historia del Perú en la voz de un poeta. La cita es este 3 de enero a las 6 de la tarde en la sala UVK de Plaza San Martín. El ingreso es libre, y estará presente el vate. Pero si no tuvieras tiempo de asistir, no te preocupes, La Mula y la Casa de la Literata Peruana transmitirán en vivo el cortometraje.
