¿Qué significa para un fotógrafo volver a ver las imágenes que capturaron en el periodo de violencia interna? ¿Qué sensación despierta en cada uno de los protagonistas de esas imágenes reconocerse en las fotografías? 

Treinta años después del fin de la guerra, Volver a Ver, la película de Judith Vélez ofrece un testimonio valioso y necesario de la lucha campesina contra Sendero Luminoso y en el camino responde esas preguntas. Muestra las historias de resistencia de personajes como Teófila, Marcelina, Maximina y Fortunato, que a través del encuentro con imágenes del pasado y del presente nos permiten entender cómo se vivió esa época de terror en las comunidades ayacuchanas de Cochas, Acos Vinchos y Huaychao.

Para descubrir lo que sucedió realmente en las zonas de emergencia, Volver a Ver sigue la huella de una serie de fotografías minuciosamente elegidas de los escasos archivos disponibles de la época.

El fotógrafo argentino, Alejandro Balaguer, hizo un conjunto de fotos únicas de cómo quedó el pueblo de Cochas luego de los enfrentamientos con los grupos terroristas, documentó las evidencias de un pueblo arrasado: quemado y atacado por tercera vez por los senderistas. Allí encontró a una comunidad que se resistía a la violencia perversa de un grupo subversivo que de un momento a otro golpeó su territorio.

Flora, una de las campesinas que defendió la comunidad de cochas.

Como fotoperiodista volvió a retratar a varias de las mujeres que lideraron estas movilizaciones de resistencia. Como Flora y Teófila, dos campesinas sobrevivientes que defendieron a sus comunidades con armas precarias, mientras sujetaban a sus hijos pequeños. En el reencuentro Alejandro decidió realizar la exposición fotográfica en una de las casas del centro poblado, lo que generó un encuentro emotivo entre la gente y su doloroso pasado.

30 años más tarde, flora fue retratada nuevamente por alejandro balaguer.

Para Vera Lentz, volver a los lugares y personas que retrató en los años del conflicto fue siempre un asunto pendiente hasta que llegó la oportunidad de la película. Trabajó el tema de las autodefensas en Acosvinchos, y retrató cómo los y las campesinas se organizaron y se defendieron de los ataques. Una mañana de 1983, cuando estaba Huamanga, le avisaron de una matanza ocurrida en el distrito de Socos.

Allí, la fotógrafa retrató a Maximina, una adolescente que perdió a 13 miembros de su familia luego de que Sendero Luminoso atacó la celebración de su pedida de mano. La escena fue capturada por el lente de Vera y la mirada de la joven jamás se borró de la memoria de la fotógrafa. ¿Qué fue de aquella muchacha con la vida rota tempranamente? El documental muestra a través de su testimonio, 30 años después, como esta guerra tiene unas secuelas inimaginables.

A este trabajo se suma el lente del fotógrafo ayacuchano Oscar Medrano, que logró llevar a la memoria de los nietos y los hijos el grito de lucha y resistencia de sus familiares muertos, que conformaron el primer grupo que se rebeló en Huaychao, cuando los comuneros tomaron la justicia en sus manos y decidieron enfrentar los ataques terroristas que sufría su comunidad.

primer grupo de rondas campesinas que  se enfrentó a los ataques de sendero luminoso en huaychao.

Volver a Ver es una historia atravesada por la necesidad cívica de recuperar, visibilizar y reconocer. Un proceso que empieza desde el lado del fotógrafo que regresa a recordar, continúa con el del fotografiado que se reencuentra con su pasado, y se completa con la mirada del público.

Para la directora del documental, Judith Vélez, el uso de la fotografía cubre el arco dramático del conflicto: “El legado fotográfico no ha existido por muchos años en esos lugares. La gente necesita hablar porque la historia la tienen en el cuerpo, esa fue la sensación que tuve cuando conversé con ellas y ellos”.


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