Decía que buscaba el diálogo, pero ordenó más represión. Indígenas, campesinos, trabajadores y estudiantes de Ecuador se han unido para pedir la derogatoria del paquetazo económico que pretende imponer el presidente Lenín Moreno. Dichas medidas, que incluyen reformas tributarias y laborales, buscan garantizar el préstamo que el Fondo Monetario Internacional (FMI) acordó con el Ejecutivo.

A pesar de dos semanas de masivas protestas, Moreno no retrocede en el pedido de la población. La tarde del viernes, Moreno hizo un llamado al diálogo a los líderes de la protesta. El sábado al mediodía, la Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (CONAIE) respondió que aceptaba el diálogo para tratar la derogatoria del Decreto Ejecutivo 883.

Sin embargo, minutos después, en el mismo Día de la Resistencia Indígena, Moreno ordenó la intervención militar en la ciudad de Quito, sede de las manifestaciones ciudadanas.

Llama la atención que el presidente Moreno anuncie un toque de queda con solo 38 minutos de anticipación, cuando miles de ciudadanos estaban protestando en las calles de Quito.

Luego del anuncio presidencial, la Secretaría General de Comunicación de la Presidencia explicó que las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional "patrullarán las calles para dar cumplimiento a esta disposición".

"Esta medida se adopta para identificar claramente quiénes están alterando el orden y la paz en la capital ecuatoriana, y para resguardar la seguridad de los ciudadanos y de los bienes públicos, incluido el patrimonio cultural nacional", anunció en un comunicado.

A pesar de esto, los manifestantes se mantienen en las calles y los enfrentamientos con las fuerzas del orden se mantienen.

Cabe resaltar que las protestas son lideradas por los indígenas, quienes tomaron la iniciativa, pero poco a poco se fueron uniendo otros sectores de la sociedad, como trabajadores, campesinos y estudiantes. En las marchas, se ha podido apreciar a familias enteras recorrer las calles de la ciudad.

Por ello, los ciudadanos piden que se detenga la represión del Estado. Más ciudadanos se han unido apoyando a los manifestantes que están en pie de lucha, a través de cacerolazos.

Hasta el momento, según la Defensoría del Pueblo de Ecuador, han fallecido 6 ciudadanos, cerca de 1,000 heridos y más de 1,100 detenidos.

[Foto de portada: AFP / Martín Bernetti]

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