En diciembre de 2017, el Instituto Geológico, Minero y Metalúrgico (Ingemmet) otorgó la concesión minera Huallata de Plata a Esteban Quispe Sikos. Esta concesión, de 100 hectáreas de extensión, está ubicada en Pampallacta (Pisac, Cusco), una zona de cabecera de cuenca y de donde los pobladores se abastecen de agua para el consumo humano y el riego de campos de cultivo en las localidades de Calca, Urubamba y Machu Picchu. 


Por ello, las 12 comunidades campesinas del distrito de Pisac se han manifestado en contra de esta concesión minera, ya que temen que en caso se realice actividad extractiva se contamine a las cuatro lagunas de la zona.

Los dirigentes denuncian que esta medida se ha realizado sin la consulta previa a las comunidades de la zona y resaltaron que la concesión está en pleno corazón del Valle Sagrado de los Incas

El presidente de la comisión de regantes, Pascual Chipa, afirmó que la actividad minera podría perjudicar a más de 4,500 agricultores y artesanos.

Esta semana, vence el plazo que dieron los dirigentes de Pisac a las autoridades para anular esta concesión minera. Cuando protestaron a mediados de agosto pasado, señalaron que si esto no se hacía, iban a bloquear el puente Pisac, lo que afectaría a la actividad turística en el Valle Sagrado de Urubamba.

Como explica la abogada Carolina Gamarra Barrantes, la concesión minera es:

"el acto administrativo por el cual el Estado confiere a una persona un derecho real para la exploración y la explotación de recursos minerales dentro de un área de terreno superficial concedido y la propiedad sobre los recursos minerales que se extraigan conforme a lo establecido en la resolución que concede el título de concesión".


[Fotos: Guerrilla Audiovisual]


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