La selva tropical de la Amazonia en Brasil, considerada como uno de los mayores pulmones del planeta (produce el 20 % del oxígeno en la atmósfera terrestre), está ardiendo a la tasa más alta desde que el centro de investigación espacial del país comenzó con su seguimiento en 2013. 

Así, el Instituto Nacional de Investigación Espacial reportó hasta el 20 de agosto último un total de 72.843 incendios en Brasil, un aumento de más de un 80% en comparación con el mismo período de 2018. 

áreas inmensas de bosques tropicales están siendo devastadas por el fuego.

El 30,1 % de los incendios (21.942) se registraron en el Cerrado, como es conocida la sabana brasileña cercana a la Amazonia, y el 10,9 % (7.943), en el Bosque Atlántico, la región boscosa que bordea la mayor parte del litoral del país. El estado más afectado, con 13.641 focos, es el de Mato Grosso, donde se extiende en gran parte de la Amazonia.

Un tronco carbonizado en un tramo de la selva amazónica, quemado por madereros en Iranduba (Brasil). /Reuters

Los grupos ambientalistas culpan al gobierno del presidente Jair Bolsonaro por el aumento de la deforestación en Brasil, porque ha relajado los controles en el país. Hace solo unas semanas, el jefe Instituto Nacional de Investigación Espacial fue despedido después de una discusión con Bolsonaro sobre los cifras oficiales de deforestación.

Ya son 17 días desde que se inició el fuego en la amazonia brasileña. 

Este miércoles,la extensión y voracidad de los incendios en la región amazónica ha obligado a algunos estados brasileños, como Amazonas y Acre, a declararse en una situación de emergencia o alerta ambiental. La intensa humareda multiplicó las enfermedades respiratorias y afecta hasta el tránsito aéreo.

De hecho, esta semana, los estados de Mato Grosso do Sul y Paraná, así como l la mayor ciudad del país, Sao Paulo, se vieron seriamente afectados por la extensión de las columnas de humo producto de los incendios y que en la práctica acortó el día debido al oscurecimiento prematuro.

Los datos oficiales, que Bolsonaro minimiza, revelan además que los focos de los incendios, solo en la última semana, afectaron 68 áreas protegidas del país, por ser reservas ambientales o indígenas. 

Por ejemplo, el Parque Nacional de la Chapada dos Guimaraes, en Mato Grosso, ya perdió el 12% de su vegetación, mientras que la vegetación en la reserva indígena Parque do Araguaia, también ubicada en el estado amazónico de Tocantins, fue diezmada por el fuego.

La Amazonia es vital en los esfuerzos actuales para frenar el calentamiento global y también alberga innumerables especies de flora y fauna. De ahí la preocupación por los incendios que afectan hace 17 días  a extensa áreas de la selva tropical más grande del planeta. 

DATOS

Copernicus, el programa de Observación de la Tierra de la Unión Europea, publicó un mapa que muestra el humo de los incendios que llegan hasta la costa atlántica de Brasil.

► La organización no gubernamental Instituto de Pesquisa Ambiental de la Amazonia (Ipam), en un comunicado en el cual se refirió al aumento de los incendios, asoció el crecimiento de los focos de fuego a la deforestación promovida por hacendados. 

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