"No podemos dejar las cosas como están. Cambiemos esta historia. La reforma no se archiva". Así lo anticipaba el jefe del gabinete, Salvador del Solar, luego de dejar en el Congreso la carta en la que explica las razones por las que el Ejecutivo ya no participará en el debate sobre la reforma política en la Comisión de Consitución, en donde la semana pasada se archivó el proyecto del Ejecutivo que otorgaba a la Corte Suprema la facultad de levantar la inmunidad parlamentaria.
Según se explica en la misiva, no tiene sentido que se presente a exponer sobre los proyectos de reforma política, porque la decisión de archivar la propuesta sobre la inmunidad, sin haberlo escuchado, evidencia que no existe voluntad de debatir los cambios que el país requiere en este aspecto.
"La reforma busca recuperar la confianza de la gente en la política. Archivar el proyecto sobre inmunidad es ir en la dirección contraria", insistió Del Solar en su cuenta de Twiter.
El premier acudió al Palacio Legislativo junto al presidente Martín Vizcarra y el ministro de Justicia, Vicente Zeballos, en un gesto político que marca un nuevo inicio de tensiones con el Parlamento que puede escalar en los próximos días, no solo porque el fujimorismo, que controla la Comisión de Constitución, no piensa dar su brazo a torcer, como lo demostró este martes la titular de este grupo, Rosa Bartra, sino porque en el Ejecutivo tampoco piensa quedarse de brazos cruzados.
Zeballos adelantó que se evalúa la posibilidad de insistir en la propuesta sobre inmunidad parlamentaria a través de un proyecto con las mismas características que el que ya fue rechazado por el Congreso.
"Desde una perspectiva reglamentaria esta archivada la inmunidad, el tema no se puede reactivar, la única forma de hacerlo es reimpulsando un nuevo proyecto, estamos revisando en la Presidencia del Consejo de Ministros y el Ministerio de Justicia la posibilidad de reconsiderar, revisar, con planteamientos de las mismas características", dijo el titular del Minjus en RPP, al comentar que una opción es que se haga por medio de los parlamentarios.
"En menos de 24 horas se pone en agenda el primer proyecto de reforma sobre la inmunidad y se va al archivo sin debate y pasando por alto una observación reiterada del Tribunal Constitucional al Congreso de deliberar, no hay norma, a favor o en contra, si no se delibera previamente".
Para ello, agregó, buscarán a los congresistas que tienen coincidencias con la iniciativa del Ejecutivo en este tema y precisó que la carta remitida al Congreso es una expresión de protesta, un gesto político para llamar la atención del Parlamento en el sentido de que la reforma política no puede esperar.
La actual situación hace recordar a lo que pasó en el 2018, cuando en el Congreso se quiso sabotear la reforma judicial planteada por el Ejecutivo, tras el escándalo de los audios de CNM, que se llevó a referéndum en diciembre pasado.
Ante la evidente falta de interés político en el Legislativo de aquel entonces ─como se evidencia ahora también─ el presidente Martín Vizcarra planteó una cuestión de confianza y puso en jaque al Congreso, porque la decisión abría la puerta para un cierre constitucional del Parlamento. La medida funcionó, básicamente porque los legisladores no querían perder sus escaños ni su inmunidad parlamentaria.
Entre tanto, en el Congreso, los fujiapristas han saltado hasta el techo. En sendos pronunciamientos, las bancadas del Apra y Fuerza Popular hablan, otra vez, de que Palacio cocina un golpe institucional y acusan a Vizcarra de fomentar un "quiebre democrático.
¿Se tendrá que repetir la historia para lograr los cambios que se requieren?
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