¿Viejas mañas? Luis Nava Guibert, ex secretario de Palacio en el último gobierno de Alan García, fue internado este lunes en una clínica local, informó su defensa legal, tras sufrir una descompensación, acicateada al parecer por su inminente detención, debido a la contundencia de las pruebas presentadas por Odebrecht, que le entregó a la fiscalía documentos de los sistemas Drousys y MyWebDay que muestran que entre el 2006 y 2008, la llamada Caja 2 de la constructora ─de donde salían las coimas─ le realizó pagos millonarios, al igual que a su hijo, José Nava Mendiola, quien viajó a EEUU el pasado miércoles, el mismo en que la fiscalía pidió impedimento de salida del país para ambos.
Según la Cynthia Yanelli, citada por El Comercio, dijo que su cliente sufre de una afección cardíaca. "Tenga por seguro que en cuanto le den de alta él se pondrá a derecho [...] Debe tenerse en cuenta que es una persona de 73 años y sufre de una afección cardíaca", alegó la abogada, al señalar que el juez Juan Carlos Sánchez Balbuena, no les ha notificado todavía la resolución con las razones por las que se suspendió la audiencia para evaluar el impedimento de salida por 18 meses contra su patrocinado y su hijo.
La razón sería, según La República, que en el Equipo Especial del caso Lava Jato de la fiscalía creen que, ante las evidencias, el riesgo de fuga es inminente, por lo que pedirían la captura inmediata de Luis Nava y su hijo, quien retornaría al Perú el 7 de mayo próximo, según refirió él mismo.
Los depósitos bancarios que hizo Odebrecht a Nava Guibert y su hijo, a través del esquema que usaba para ocultar los sobornos, por más de US$4.5 millones, según la fiscalía, podrían estar relacionados a posibles actos de corrupción en las obras del Metro de Lima y la Interoceánica Sur, dos de los proyectos en los que la firma brasileña admitió el pago de millonarias coimas.
Las sospechas aumentan porque tanto el exsecretario aprista como el empresario Miguel Atala, quien fue vicepresidente de Petroperú en el gobierno aprista y que fungió de testaferro de Nava Guibert para encubrir los pagos de Odebrecht, no tenían ninguna relación ni poder de decisión en los sectores referidos a proyectos en los que los brasileños pagaron coimas, por lo que la fiscalía cree que ellos no son en realidad los destinatarios finales del dinero sucio de la constructora. Ambos solo tienen en común una larga amistad y cercanía con Alan García.
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