La educación con un enfoque de equidad e interculturalidad abraza una serie de lineamientos que aún no son estandarizados ni conceptualizados por las autoridades a nivel nacional. En la búsqueda de contribuir a la disminución de los índices sobre la violencia, erradicando estereotipos de género a través del arte y talleres con nuevos mensajes para la sociedad, un grupo de mujeres feministas decidieron conformar Kuyayki. La fiesta pro fondos “A sembrar ¡Kuyayki!” será este 16 de marzo a las 8 de la noche en la casa Trenzar, en Barranco.

"Kuyayki es un proyecto que nace de un deseo por cambiar la sociedad machista y racista en la que vivimos. Coincidimos que la mejor manera de contribuir es a través del trabajo con las y los niños y adolescentes y qué mejor si es con el arte", explica Mari Liss Núñez, periodista. 

Kukayki es una Escuela de arte itinerante que próximamente estará en diferentes pueblos del Perú y en los que se llevarán a cabo talleres de teatro y escritura con enfoques de género. De manera creativa y divertida, las niñas y los niños generarán nuevas formas de repensar el amor y el respeto poniéndose en el lugar del otro u otra.

Son diversas las perspectivas que existen sobre las nuevas formas de relacionarnos sin violencia, desde la historia, sociología y antropología, esto ha permitido ver nacer a nuevas sociedades en el mundo que tienen como base la igualdad de derechos. En esa dirección va Kuyayki.

“Debido al abandono en muchos sectores del Perú, olvido por parte de las autoridades, nos vemos en la obligación de desarrollar herramientas para mejorar la calidad de vida de nuestros niños”, comenta Franchesca Chacón, profesora y fotógrafa documentalista, quien proyectará algunas de sus imágenes durante el evento A sembrar ¡Kuyayki!.

Una de las misiones de Kuyayki es permitir que las y los niños se expresen en total libertad mediante distintos tipos de arte como el teatro, escritura, música, fotografía, danza y pintura. 


“Cada persona viene al mundo con un objetivo y nosotras hemos abierto los ojos y vamos a la acción después de ver cómo está nuestra sociedad”, precisa Andrea Rojas, máster en educación y comunicadora.

La violencia estructurada en el globo es sistémica y es por ello que se complejiza el eliminarla. Sin embargo, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) dentro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible en la Agenda del 2030, apunta en varios de sus puntos a un mundo más igualitario. 

“Queremos que la inclusión social se perciba y por eso es necesario erradicar el racismo, el clasismo y el machismo, pues eso no es natural. Las niñas y niños son el futuro del país y hay que saber cultivar el árbol desde la raíz”, explica Etty Melitón, comunicadora y gestora social quechuhablante. El recorrido de la Escuela Itinerante de arte en este largo camino hacia un cambio generacional se iniciará en Pomabamba (Áncash).

La cultura machista y la normalización de la desigualdad ha dado luz a nuevos colectivos feministas que a través de diferentes artes se han sumado a ser parte de este cambio. 

“El amor, la empatía, el respeto, la compresión y la creatividad son las armas más potentes para luchar contra la violencia simbólica y que cobra vidas. Kuyayki está para sembrar amor y relaciones sanas en base a la equidad y con arte”, sostiene Grecia Delta, comunicadora y estudiante de la maestría en Estudios de género.

FOTO: franchesca chacón, andrea rojas,
mari liss núñez, etty melitón y grecia delta 
(de izquierda a derecha)

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