Un fiasco. La segunda cumbre, en Hanói, entre el presidente de EEUU, Donald Trump, y el líder norcoreano, Kim Jong-un, acabó de forma abrupta y sin ningún acuerdo, es decir, sin una hoja de ruta sobre cómo proceder y con la credibilidad del proceso de negociación herida de muerte.

Ahora los equipos negociadores de los dos países tendrán que recoger los retazos que quedaron del encuentro, en un intento por evitar que este proceso no sea más que reality show diplomático. "Podíamos haber firmado un acuerdo, pero no creí que fuera apropiado", manifestó Trump, en una rueda de prensa pensada en la que trató de explicar el fracaso.

No hubo acuerdo, básicamente, por las diferencias insalvables en las expectativas de cada equipo negociador y a un aparente error de cálculo sobre lo que cada lado estaba dispuesto a ceder, pero esas posiciones disímiles eran más que evidentes antes de la cumbre, y al parecer Washington llegó Hanói sin una contraoferta que se aceptable para Pyongyang. Por ello se dice que el encuentro fue un show.

Según Trump, Corea del Norte había accedido a desmantelar su centro nuclear de Yongbyon, el corazón histórico de su programa armamentista.A cambio pedía que se levanten todas las sanciones impuestas contra este país, pero Estados Unidos no quería ceder en este punto. Además, Pyongyang también se negaba a incluir a otras instalaciones nucleares, como EEUU.

 Y así, el fracaso era inminente, como lo admitió le propio mandatario republicano.

"Estaban dispuestos a desnuclearizar una gran parte de las áreas que queríamos, pero no todas. Así que tuvimos que levantarnos de la mesa".

Para Corea del Norte, la desnuclearización parece ser un término vago. Para EEUU es el desmantelamiento completo y verificado del armamento no convencional de Norcorea y sus instalaciones de producción.

Así y todo, el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, insistió en que se han logrado avances, porque en principio el diálogo no se ha roto, y los equipos negociadores encabezadas por Stephen Biegun y Kim Hyon-Chol, respectivamente, volverán a reunirse para tratar de llegar a un punto medio. No es imposible, señala Trump: "Hay una cierta distancia, aunque estamos más cerca de lo que estábamos hace un año".

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