Es un atractivo turístico reconocido a nivel mundial y era parte de una propuesta de área de conservación ambiental, pero esto poco o nada le importó a un Estado neoliberal y extractivista. La famosa Montaña de los Siete Colores, ubicada en la provincia de Canchis en la región Cusco, ha sido concesionada a una minera.
El pasado 16 de marzo, se concretó lo que hace tres años se estaba procesando. El Instituto Geológico, Minero y Metalúrgico (INGEMMET) otorgó el titulo de concesión minera metálica Red Beds 2 a la empresa Minquest Perú S.AC, propiedad de la empresa canadiense Camino Minerals. Así aparece en la relación de concesiones otorgadas por el INGEMMET en el mes de marzo del 2018:
Esta concesión minera comprende un área de 400 hectáreas entre las provincias de Canchis y Quispicanchi, y abarca la totalidad de la famosa montaña Vinicunca, que también se superpone con territorios de las comunidades campesinas de Chillihuani y Pampachiri.
La ONG Cooperacción resalta que esta concesión minera se ha entregado pasando por alto una propuesta de área de conservación. Cuando en el 2015 la empresa realizó su solicitud, la Dirección de Concesiones Mineras del INGEMMET advirtió la superposición parcial con el proyecto de Área de Conservación Regional Ausangate, que incluye a la famosa montaña. En el 2009, el Gobierno Regional de Cusco declaró a esta zona de interés público para su protección y conservación ambiental mediante la ordenanza 050-2009-GR/GRC.CUSCO.
Otro recurso contra esta concesión fue el presentado por la Municipalidad Distrital de Cusipata en el 2015 ante la Dirección Regional de Energía y Minas del Gobierno Regional del Cusco, derivado luego al INGEMMET. Por una cuestión burocrática, esta solicitud no fue aceptada porque el municipio no pagó los 209 soles por el derecho de trámite.
Tampoco se tomó en cuenta el plan de ordenamiento territorial del Gobierno Regional de Cusco ni la Zonificación Económica Ecológica que consideraban a la Montaña de los Siete Colores.
"Estos procesos han costado y siguen costando millones de soles a todos los peruanos; y han involucrado distintos actores (estatales, privados y la sociedad civil) con la finalidad de construir una visión compartida de desarrollo sostenible. La gran pregunta es por qué esta desconexión, por qué los instrumentos de planificación territorial no tienen valor al momento del otorgamiento de un título habilitante para el aprovechamiento de un recurso natural. Cómo y por qué llegamos a esta situación", cuestiona la organización ambientalista.
Este martes, la agencia EFE reportó sobre el llamativo hecho de que la Montaña de los Siete Colores haya sido concesionada a una minera.
"Vinicunca se ha convertido en los últimos años en una de las principales atracciones turísticas de Cusco junto a las ruinas de la ciudadela inca de Machu Picchu, los andenes incas de Moray, el salar de Maras y el centro antiguo de su capital", se lee en su nota.
Otro aspecto a considerar es que la montaña Vinicunca se encuentra en el camino al nevado Ausangate, considerado como uno de los Apus más importantes del mundo andino.
Lo que aparece como un conflicto, entre la actividad extractiva y el desarrollo sostenible, queda claro para el aparato estatal peruano: la minería por sobre todo. La Montaña de los Siete Colores corre peligro de ser parte de un proyecto de explotación. Veremos si, en este caso, la presión ciudadana hace efecto en las decisiones futuras que tomen los funcionarios.
[Foto de portada: Agencia Andina]
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