La orden de compra del Congreso de la República de televisores, frigobares y trituradoras de papel ha generado gran polémica, luego de conocerce la solicitud de diversos legisladores para la adquisición de estos equipos por un monto que supera los S/ 250 mil, a menos de un mes del inicio del Mundial de Rusia 2018.

Sin embargo, esta solicitud de los parlamentarios es parte de un plan para gastar más de 100 millones 75 mil 293 soles en compras y servicios este año, según su Plan Anual de Contrataciones para el 2018. Este monto duplica los 50 millones 138 mil 995 soles que se presupuestaron para el año pasado, según el Organismo Supervisor de las Contrataciones del Estado (OSCE).

La compra de televisores inteligentes y HD (de alta definición) y los frigobares se adelantó sin sustento alguno, pues en el Plan Anual de Contrataciones estaba programada para que se convoque en junio. Sin problema podrían haber llegado a fines de ese mes. No obstante, se convocó la compra en mayo, un mes antes del inicio de la Copa del Mundo. A esto se suma la sobrevalorada adquisición de 7 computadoras MAC con lectoras, estimadas en 34 mil 66 soles por cada equipo.

También integran este presupuesto el cheque de 2 mil 530 soles mensuales que se entregó a cada congresista por apoyo logístico para gastos de representación, de acuerdo a lo que reveló el legislador no agrupado Kenji Fuijimori en Canal N el último miércoles. Lo que también llama la atención en el dispendioso  Plan Anual de Contrataciones es que se consideren 5 millones de soles para publicidad, que aún no se habría gastado.

Todos estos gastos contravienen el proyecto de ley planteado por el Ejecutivo para que se aplique austeridad en diez entidades del Estado, incluido el Congreso. La medida establece que estas instituciones emitan disposiciones para recortar su propio gasto público. Posteriormente, tendrán que informar el monto estimado en la reducción del gasto corriente a la Dirección General de Presupuesto Público y a la Comisión de Presupuesto del Congreso.

El pedido del Gobierno, que se sustenta en unas finanzas públicas "deterioradas", debido a la caída de los ingresos fiscales y el incremento del gasto corriente, pretende que las disposiciones de austeridad se apliquen en varios ítems: seminarios, talleres, promoción e imagen institucional; gasto por libros, diarios, revistas e impresos; comisión de servicios; atenciones y celebraciones oficiales; publicidad y difusión; adquisición de vehículos; e inmuebles.

(Foto de cabecera: Andina)

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