Las espadas ya están desenfundadas. Mientras el presidente ruso Vladimír Putin advirtió este domingo que si produce otro ataque contra Siria habrá un caos global de forma "inevitable", Washington y sus aliados alistan otra ofensiva, pero esta vez diplomática, para debilitar el apoyo del Kremlin a Damasco y así estrechar el cerco al régimen de Bashar al Assad por el uso de armas químicas.

Aunque tras el bombardeo 'quirúrgico' lanzado la madrugada del sábado por EEUU, Francia y Reino Unido, Putin condenó el ataque, pero no anunció represalias; ahora su tono cambió y por primera vez habla de consecuencias.

"Vladimir Putin, en particular, enfatizó en que si continúan tales acciones en violación de la carta de Naciones Unidas, esto inevitablemente llevará al caos en las relaciones internacionales", señaló la agencia rusa de noticias RIA que cita un comunicado del Kremlin.

Así, Rusia ratificó su estrategia de apoyo toral a Siria de los últimos meses, en los que bloqueó hasta tres veces la renovación del mandato del mecanismo creado por la ONU para investigar el uso de gas por Damasco. De hecho, ambos aliados negaron este lunes el acceso a la zona del ataque químico a los inspectores de la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ).

Como alternativa, Moscú plantea que las pesquisas las realice un organismo independiente. El problema es que la propuesta plantea que se concluya si se usaron o no armas químicas, pero no que se establezca la autoría, que es el elemento que Occidente quiere que se esclarezca.

Para EEUU no hay dudas de que el régimen de Bashar al Assad es el culpable. De hecho, en los comunicados y pronunciamientos de la Casa Blanca sobre la acción militar del sábado, se señala que el gobierno sirio utilizó al menos unas 30 veces armas químicas contra la población civil en el último año. La última fue justo el el 7 de abril en la localidad de Duma,  uno de los últimos bastiones rebeldes, donde se usó "gas cloro y otro agente nervioso", presumiblemente gas sarín, de acuerdo con Washington. El resultado: al menos 40 muertos y centenares de heridos.

Tras el ataque del sábado, EEUU, Reino Unido y Francia afinan una estrategia en conjunto para fortalecer las conversaciones en el debilitado proceso de Ginebra, para ampliar las sanciones y abrir una investigación de largo aliento sobre el uso y almacenamiento de armas químicas en Siria. Washington dice que tiene informes de inteligencia, relatos de víctimas y médicos, así como fotos que lo demuestran.

En esta ofensiva diplomática, Estados Unidos y sus aliados recurrirán al Consejo de Seguridad de la ONU, Bruselas y la Liga Árabe. En el primer foro se discutirá esta semana una propuesta para que Siria elimine su arsenal químico, tal como Damasco y Moscú lo prometieron en el 2013 cuando, Washington planeaba un ataque de castigo y que nunca se cumplió.

La otra arista de la ofensiva diplomática es crear una comisión que determine la autoría del ataque de Duma así como la petición a la OPAQ, para que en 30 días determine qué oculta Siria en sus silos. Para evitar que se siga entorpeciendo como hasta ahora la labor de esta misión de la ONU, se alista una declaración de los ministros europeos de Exteriores reunidos este lunes en Bruselas y otra de la Liga Árabe. Estados Unidos lanzará un nuevo paquete de sanciones económicas contra empresas rusas que participaron supuestamente en la creación del arsenal sirio.

Sin embargo, está por verse la efectividad de las medidas referidas que apuntan a poner fin al conflicto sirio, después de siete años de guerra civil, medio millón de muertos y 10 millones de desplazados. Sea como fuera, existen aún más dudas que certezas al respecto. 

Lee también:

Consejo de Seguridad de la ONU rechaza la resolución rusa sobre el ataque a Siria

Siria afirma que el ataque de EEUU y sus aliados no afectó su capacidad militar

Siria: no a todas las guerras