La columna vertebral que tiene la nueva Estrategia de Seguridad Nacional de EEUU, presentada por el presidente Donald Trump, revive el conflicto de superpotencias, como en la época de la Guerra Fría, al colocar a Rusia y a China como dos países “revisionistas” que buscan erosionar la prosperidad estadounidenses y crear un mundo en las antípodas de sus valores.

La renovada estrategia de seguridad la administración republicana trasluce una dosis de contradicciones, en medio de los intentos de proximidad que Trump ha tenido con los líderes de Moscú y Pekín desde que llegó a la Casa Blanca. Incorpora además la doctrina de América Primero (America first) y elimina el cambio climático como peligro.

Según la Casa Blanca, esta nueva ruta para la seguridad de EEUU supuso un amplio debate entre funcionarios y asesores. "Después de haber sido desestimada como un fenómeno del siglo pasado, la competencia entre grandes poderes ha vuelto", se lee en el documento, en alusión a Rusia y China como amenazas a la seguridad estadounidense. "Están decididas a hacer las economías menos libres y menos justas, a hacer crecer sus Ejércitos, controlar la información y reprimir sus sociedades para expandir su influencia", añade.

La estrategia de EEUU confirma la disputa entre Washington y Pekín por el predominio mundial, en un momento en el que China ha tomado la bandera de la lucha contra el cambio climático o se pasea por el Foro Económico de Davos como abanderado de la globalización, ante el repliegue del gobierno de Trump frente al libre comercio y el calentamiento global. Y hay un dato en particular que preocupa a la Casa Blanca: la economía china ya supera a la estadounidense si se mira el poder de paridad de compra.

De hecho, China ya no aparece en el documento como "socio estratégico", que era como solían llamarla los presidentes demócratas Barack Obama o Bill Clinton. Ahora recibe el apelativo de "rival", una muestras más del poder que los halcones tienen ahora en la Casa Blanca y que veían en la doctrina de Obama un exceso de generosidad e ingenuidad. "América va a a ganar", dijo Trump durante la presentación de la estrategia.

Rusia se pronuncia

El Kremlin rechazó este martes la "imperialista" doctrina de seguridad nacional aprobada por EEUU, aunque considera que, al señalarle como amenaza, ese documento reconoce de facto el creciente aumento del peso internacional de Rusia. 

"Con una primera lectura rápida, especialmente aquellas partes de la estrategia que de algún modo se refieren a nuestro país, desde luego se ve el carácter imperialista del documento", dijo Dmitri Peskov, el portavoz del Kremlin. "Evidentemente, no podemos estar de acuerdo con que a nuestro país se le considere una amenaza para la seguridad de EEUU", agregó.

"Rusia y China son considerados rivales. Prácticamente nos catalogan como amenaza para la seguridad nacional de EEUU. ¿Qué es lo que ellos consideran amenaza?", se preguntó Peskov, mientras que el presidente del comité de Asuntos Internacionales del Senado ruso, Konstantín Kosachov, cree que el documento es la pataleta de una gran potencia que siente que está perdiendo terreno a marchas forzadas. "El tono del documento no deja lugar a dudas de que a Estados Unidos no le gustan los cambios en el mundo que han ocurrido en los últimos años", subrayó.

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