La tensión bélica entre Estados Unidos y Corea del Norte no cesa. La escalada verbal llegó otra vez de boca de la dura embajadora de EEUU ante la ONU, Nikki Haley, quien ha cobrado gran protagonismo de la Administración de Donald Trump, al punto de que ya muchos la ven como favorita para ser la próxima secretaria de Estado e, incluso, como una posible aspirante a la Casa Blanca en un futuro no muy lejano.
"Si Corea del Norte mantiene su temeraria conducta, los Estados Unidos deberán defenderse y defender a sus aliados, Corea del Norte será destruida; es algo que ninguno de nosotros quiere, no queremos la guerra", afirmó este domingo en una entrevista con la cadena CNN.
La semana pasada, el Líder Supremo norcoreano, Kim Jong-un, descartó detener su programa nuclear pese a las sanciones y la condena internacional, al anunciar que el objetivo de su régimen es el "equilibro de fuerza real con Estados Unidos y hacer que los gobernantes estadounidenses no se atrevan a hablar de una opción militar para la República Democrática Popular de Corea".
Haley sostuvo que confía en la presión económica a Pyongyang amaine la pulsión bélica de Kim, pero teme que sus efectos no sean lo suficientemente rápidos como para impedir que norcorea complete su objetivo de lanzar un misil con capacidad nuclear y de alcance intercontinental.
Kim hasta ahora ha mostrado una disposición a apretar el acelerador. El régimen no solo probó con éxito una bomba de hidrógeno de 250 kilotones, sino también demostró que la base militar estadounidense de Guam ya esté al alcance de sus misiles.
"Les hemos limitado el 30% del petróleo y el 90% del comercio, y se notará. Esto es solo el inicio de lo que podemos hacer. Y ahora hay un cambio; tenemos a Rusia y China de nuestra parte", dijo la embajadora en la ONU, cargo al que llegó en enero y lo hizo marcando el terreno, al anunciar que su plan pasaba por hacer valer la "fuerza" de EEUU, apoyar a sus aliados y asegurarse de que estos devolvieran el respaldo. "Para aquellos que no nos apoyen, vamos a anotar nombres. Nos aseguraremos de responder a eso adecuadamente", manifestó en unas primeras intervenciones en Nueva York.
La gestión de Haley se ha caracterizado por su férrea defensa de Israel, sus duras críticas a Venezuela y por sus gestiones para endurecer la presión contra Corea del Norte. De hecho, la semana pasada logró que, en tiempo récord, una octava ronda de sanciones contra Corea del Norte, las más duras hasta la fecha, luego del sexto lanzamiento de misil que sobrevoló Japón.
Alejada de los desaguisados de Trump en la Casa Blanca, Haley se ha forjado una imagen de independiente, aunque sus posturas no se diferencian en general de las tradicionales del Partido Republicano en temas internacionales, y se ha convertido rápidamente en una de las principales voces de Washington en materia exterior ante el perfil bajo adoptado por el secretario de Estado, Rex Tillerson, destaca un reportaje de Efe.
"La aparente falta de sintonía entre Tillerson y Trump ha disparado en las últimas semanas las especulaciones sobre una posible salida del Gobierno del actual jefe de la diplomacia. De producirse, el nombre de Haley es el más pronunciado en los medios estadounidenses como reemplazo. Muchos analistas consideran que la embajadora ante la ONU estaría además trabajando el terreno para optar a la Casa Blanca en el futuro", reseña la agencia internacional.
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