Corea del Norte continuará con su programa nuclear pese a las sanciones y a la condena de la comunidad internacional, dijo su líder, Kim Jong-un, hasta alcanzar "un equilibrio real de fuerza" con EEUU que evite que Washington si quiere piense en la posibilidad de un ataque militar contra Pyongyang.
Así, Kim Jong-un ha puesto todas sus fichas sobre la mesa y no parece dispuesto a ceder, por lo visto hasta ahora, porque ante cada nueva ronda de sanciones del Consejo de Seguridad de la ONU, responde con un ensayo balístico. En el último lanzamiento de misil, incluso, se superó el recorrido de todos las pruebas que ha realizado hasta la fecha.
Los medios y agencias norcoreanos difundieron un video e imágenes en las que se ve a Kim Jong-un presenciar la prueba balística de alcance intermedio del viernes, cuyo proyectil con capacidad nuclear sobrevoló Japón antes de caer en el Pacífico, tras lograr un recorrido de 3.700 kilómetros.
"Nuestro objetivo final es establecer un equilibrio de fuerza real con EEUU y hacer que sus gobernantes no se atrevan a hablar de opción militar", dijo el heredero de la dinastía Kim, en alusión a las insinuaciones de Washington de una intervención para poner fin a la escalada armamentística nuclear de Pyongyang.
Kim alabó "con orgullo" el éxito del test y aseguró que la eficacia y la fiabilidad del proyectil fueron "totalmente verificadas"; además hizo un llamado a sus científicos para seguir realizando pruebas "significativas y prácticas", al resaltar la "necesidad de correr a toda velocidad y hacia delante", consolidando la capacidad de ataque militar de su país para realizar "un contraataque nuclear a EEUU al que no pueda hacer frente".
El diario Rodong Sinmun, que publicó las imágenes del test, mostró un misil que fue disparado desde una plataforma móvil, lo que indica, según la publicación, la mejora de las capacidades militares.
El cohete Hwasong-12 se lanzó solo 12 días después de la sexta prueba nuclear de Corea del Norte, la mayor efectuada por el régimen de Kim Jong-un, que se hizo el 3 de septiembre, cuando Pyongyang aseguró que probó con éxito una bomba de hidrógeno, que los analistas calculan que tuvo una potencia de 250 kilotones.
Po ello, esta semana, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó su octava ronda de sanciones contra este país, que incluye la prohibición de exportar textiles y limita sus importaciones de crudo, mientras que EEUU sostuvo que se le acaba la paciencia. De hecho, el consejero de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, H.R McMaster, dijo que aunque no es el que prefiere la Administración del presidente Donald Trump, "existe una opción militar".
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