El terremoto de magnitud 8,2, el más fuerte del último siglo, que sacudió la noche del jueves a México y que hasta el momento deja más de 20 muertos, según datos oficiales, provocó además un fenómeno en el cielo, donde hubo destellos de luces parecidas a las auroras boreales durante el sismo.

La mayor parte de los registros de estas luces que han sido muy comentados y compartidos en redes sociales son de la costa de Chiapas, donde estuvo epicentro del terremoto.

Pero esta luminosidad de tonos blancos, azules y violetas, por lo general, no es un fenómeno nuevo, según explican varios expertos en sismología en Verne, quienes la asocian con la carga de energía que se libera durante un sismo. 

Aunque no hay una explicación concluyente de la ciencia al respecto, la mayoría de estudios concuerda en que se da en casi todos los lugares donde ocurre un sismo, provocado por la ruptura de una falla por la acumulación de tensión tectónica. Así, la fricción de las placas tectónicas genera en su superficie corrientes eléctricas por el flujo de iones que se suelen reflejan en el cielo sin problemas.

De hecho, la Sociedad Sismológica de Estados Unidos concluyó en 2014 que estas luces se registran hasta cuatro semanas antes de que ocurra el terremoto, lo cual es útil para poder tomar previsiones ante un evento de esta naturaleza. Además, la emisión previa de gases y de vapor de agua desde la superficie terrestre son claves para poder detectar la eminencia de un sismo.

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