La oposición venezolana ha descartado boicotear la elección de este domingo de la Asamblea Constituyente que promueve el régimen de Nicolás Maduro, quien busca redactar una nueva Carta Política para el país a su medida, pero sí saldrá a las calles como lo ha hecho en los últimos tres meses de protestas en contra del gobierno, en las que han muerto más de un centenar de personas, la mayoría a manos de la fuerzas chavistas que reprimen con violencia las manifestaciones, como se aprecia en este video de HRW.

Así, la jornada de este domingo estará marcada por la tensión, con la resistencia civil concentrada en las principales arterias viales para protestar en contra de los comicios "fraudulentos", como los ha calificado la oposición, en la que los choques y violencia parecen inevitables, ya que el Gobierno prohibió las manifestaciones en todo el país hasta el próximo martes.

Este viernes murieron dos personas más durante las protestas, un joven de 18 años en San Cristóbal (Táchira) y un policía en Ejido (Mérida), ambas provincias de los Andes venezolanos. Con estos dos decesos, ya son 10 las víctimas morales en los últimos tres días de movilizaciones en el país.

Plan consumado

Así, Maduro culmina su plan este domingo, con la elección de delegados para una Asamblea Nacional Constituyente, en un comicios convocados con unas reglas de juego que lo favorecen, para acabar con el Parlamento de mayoría opositora que los venezolanos votaron hace menos de dos años. O sea, con el único contrapoder que quedaba en Venezuela.

"Permitirle a Maduro avanzar con su Asamblea Constituyente sería trágico para Venezuela", señaló José Miguel Vivanco, director para las Américas de Human Rights Watch (HRW).

Pero no hay nada que hacer. La oposición venezolana ya se resignó.

"Hay que olvidarse de la idea de que el Gobierno va a suspender la Asamblea Nacional Constituyente. Debemos prepararnos para la profundización de las protestas", dijo el vicepresidente de la Asamblea Nacional, Freddy Guevara, al ofrecer un balance de las 48 horas de huelga general convocada por la alianza opositora Mesa de Unidad Democrática (MUD).

El dos veces candidato presidencial Henrique Capriles dijo en una conferencia de prensa y en nombre de la MUD que el rechazo a la elección de los miembros de una Constituyente que redactará una nueva Carta Magna no se expresará en los centros de votación.

Este sábado, las calles en el sureste y el este de Caracas, los bastiones opositores, permanecen cerradas con barricadas; los clientes de los bancos solo podían retirar por ventanillas hasta 30.000 bolívares, poco menos de tres dólares, según el valor en el mercado negro, que se disparó la última semana; los cajeros automáticos no tienen dinero porque no habían podido ser recargados después de dos días de huelga general; continúa el éxodo de venezolanos en la frontera con Colombia.

Ese es el panorama que describen los medios locales de Venezuela, a un día de las elecciones para la Constituyente de Maduro, que a decir de la fiscal general del país, Luisa Ortega Díaz,  implica el riesgo de se termine de instaurar "un sistema personalista y totalitario".

En una entrevista con el medio digital local Crónica Uno, la magistrada alertó este sábado: 

"Este domingo se va a decidir si seguimos existiendo como República o si se instaura un sistema personalista y totalitario", 

Reiteró que se opone a un proceso para redactar una nueva Carta Magna al considerarlo inconstitucional e innecesario.

"Nos estamos jugando el futuro del país, la existencia del Estado de Derecho como la hemos conocido desde la segunda mitad del siglo XX, que con sus aciertos y errores, el sistema democrático es el que nos permite dirimir nuestras diferencias de forma civilizada".

Ortega Díaz sostuvo que cualquier propuesta distinta a este sistema democrático "no contribuirá a la construcción de la convivencia", y pidió a Maduro escuchar al pueblo y retirar la Constituyente: "Todavía está a tiempo de hacerlo".

La fiscal general teme además "que la violencia se exacerbe" más en el país, donde la tensión política y social han puesto a Venezuela al borde una guerra civil, por lo que emplazó al Gobierno y a la oposición a apostar por un diálogo que considera "fundamental" para salir de la situación en que se encuentra Venezuela.

"Los actores políticos de Gobierno y de la oposición deben entender que no pueden pretender sustituir la política por la guerra, que debemos aceptar la existencia del otro".

Venezuela se queda sola


En medio de este clima de tensión en Venezuela, Panamá, México, Colombia, Canadá y EEUU han anunciado que no reconocerán los resultados de la elección para la Asamblea Constituyente de Maduro, por los vicios. Incluso, la mayoría de estos países recomendaron a sus ciudadanos abstenerse de viajar hacia al país llanero ante el temor de que la violencia se incremente en las próximas horas.

Dos de las principales aerolíneas europeas, Iberia y Air France, suspendieron sus vuelos hacia Venezuela, por la misma razón. Esta semana, Avianca había tomado la misma decisión. 

El canciller venezolano, Samuel Moncada, culpó al gobierno de Donald Trump de sembrar el caos. "Están creando la sensación de que estamos al borde de una guerra, y que la insurrección fascista que ellos promueven está venciendo", refirió.

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