El secretario de Estado de Estados Unidos, Rex Tillerson, aseguró este viernes que el presidente Donald Trump presionó al mandatario ruso, Vladímir Putin, sobre la injerencia rusa en las elecciones de su país, pero este último negó estar detrás de esta trama, como sostienen lo servicios secretos estadounidenses y que ha puesto contra las cuerdas a la administración del mandatario republicano, investigado en su país por presunta obstrucción a la justicia por este caso.

En rueda de prensa durante la cumbre del G20 en Hamburgo, Alemania, el jefe de la diplomacia estadounidense aseguró que en la primera reunión oficial entre ambos mandatarios, Trump y Putin "conectaron muy rápido" y mostraron una "muy clara y positiva química".

Tillerson, que asistió a la reunión y que en el pasado ha mantenido buena relación con Putin, afirmó que Trump abrió la reunión, que duró dos horas y cuarto, con el asunto de la injerencia rusa para influir el resultado de las elecciones en Estados Unidos que le ganó a Hillary Clinton, algo que para el FBI está probado

Putin negó las imputaciones y pidió "pruebas" de que su gobierno influyó en el resultado de las elecciones, con el fin de afectar a la candidata demócrata, según el secretario de Estado de EEUU.

Pero la versión de Tillerson se contradice con la del canciller ruso, Sérguei Lavrov, quien aseguró que Trump le quitó hierro al asunto y "aceptó" las explicaciones de Putin, según las cuales Moscú no influyó en las elecciones estadounidenses

Sin embargo, la cadena CNN, en base a fuentes estadounidenses, aseguró que Trump no aceptó la negativa de su par ruso.

Así, con la aparente intención de bajar la tensiones a un escándalo que está siendo investigado por el Congreso y un fiscal independiente en Estados Unidos, ambos líderes acordaron trabajar en un acuerdo de "no interferencia" entre ambos países.

Tillerson también aseguró que gran parte de la reunión discurrió sobre el conflicto sirio, algo que se trató con "mucho detalle" y sirvió para tratar áreas de posible colaboración.

El jefe de la diplomacia estadounidense también confirmó el acuerdo para un alto el fuego en el suroeste de Siria, rubricado entre Rusia, Jordania y Estados Unidos, algo que podría entrar en vigor este domingo 9 de julio, y reiteró que la posición de su país sigue siendo que el presidente sirio, Bashar al Assad, no puede seguir en el poder si se quiere poner fin a la guerra civil y que no hay un rol para la familia del gobernante alauí en el poder en el "largo plazo".

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