El Pleno del Congreso de este jueves se calentó, luego de que el fujimorismo —que controla el Legislativo gracias a la mayoría absoluta que ostenta— impusiera que el ministro de Economía, Alfredo Thorne, sea citado de inmediato al hemiciclo por el comprometedor audio con el contralor Edgar Alarcón.

Thorne había sido convocado este viernes a la Comisión de Fiscalización para que explique el contexto de la polémica conversación con Alarcón —grabada de forma subrepticia y filtrada a los medios— en la que se parece condicionar el pedido de una partida adicional que solicitó la Contraloría a cambio de que el informe de esta institución sobre el aeropuerto de Chinchero salga como quería el Gobierno, lo que finalmente no ocurrió. En la conversación, el titular del MEF incluso menciona al presidente Kuczynski.

El legislador oficialista Juan Sheput, vocero alterno de Peruanos por el Kambio, calificó como "un acto de prepotencia política" que "no se condice con lo que significa la democracia" el pedido de Luis Galarreta, vocero de Fuerza Popular, para de no reanudar la sesión plenaria hasta acuda el ministro Thorne al hemiciclo.

"El pedir que el ministro se presente hoy a cualquier hora con argumentos dictatoriales de que tiene que venir y deje lo que está haciendo, pues sencillamente es ignorar las funciones de Estado", dijo durante el debate de la moción. "No es cierto que sea necesario que venga al Pleno y no a la Comisión de Fiscalización cuando sabemos, por el mismo reglamento del Congreso, que cualquier comisión representa a la asamblea proporcionalmente", agregó Sheput.

El congresista aprista Javier Velásquez Quesquén también cuestionó la actitud prepotente de la mayoría naranja. "Que se respeten los requisitos mínimos y el debido proceso. No estoy a favor de que se quiera parar el funcionamiento del Parlamento. Es una muestra de intolerancia", refirió.

Agregó que Thorne debería dejar el cargo —es el ánimo de la mayoría de bancadas— o que de lo contrario él votaría a favor de una eventual censura, pero criticó que se quiera imponer citaciones de último minuto con el ministro y que el fujimorismo se haga del vista gorda con el contralor Alarcón, sobre quien pesan varias graves denuncias y recaen las sospechas de haber sido el que grabó de forma ilegal la conversación con Thorne, pero se niega a renunciar.

"Es una vergüenza que este Parlamento no se pronuncie (sobre Alarcón). Si el ministro, por un error político, debe irse a su casa, el contralor debe ser removido del cargo por el Congreso y tengo la seguridad que el Poder Judicial demostrará que este señor es un inescrupuloso", subrayó el legislador. 

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