El destituido director del FBI, James Comey, declarará este jueves ante el Senado por las supuestas presiones de Donald Trump para cerrar la investigación sobre la injerencia de Rusia en las últimas elecciones en EEUU en noviembre pasado, con lo que, además, puede poner en la cuerda floja más de una relación en las esferas del poder en Washington.  

Jared Kushner, consejero y yerno del presidente Trump, le recomendó despedir a Comey. Una decisión sin fundamento, mientras que el fiscal general, Jeff Sessions, decidió inhibirse del caso de la trama rusa y ahora se sabe que en marzo puso a disposición del mandatario estadounidense su cargo, pero su dimisión no ha sido aceptada por mandatario republicano.

El Departamento de Justicia es el organismo que supervisa al FBI y desde ahí se podía modular la investigación que determinaría si el equipo de Trump coordinó con el presidente ruso Vladimir Putin la campaña de desprestigio contra Hillary Clinton en el marco de las últimas elecciones estadounidenses.

Sessions fue uno de los primeros en brindar apoyo a Trump en 2015 y saltó a la palestra cuando se descubrió, en sus audiencias de confirmación para el puesto, que el fiscal general había ocultado al Senado sus dos encuentros en la campaña con el embajador ruso en Washington, Sergéi Kislyak.

Con esto se inició el debilitamiento o crisis en la Casa Blanca. El distanciamiento con Sessions ha influido, también, en el fracaso judicial del veto migratorio de Trump. Ni el primer texto ni el segundo han logrado superar el muro de los tribunales. Incluso el mismo presidente se ha quejado públicamente de esta situación.

De todas formas, lo más complicado para el Ejecutivo estadounidense, por ahora, es la trama rusa. Este jueves será clave, con las declaraciones en el Congreso de Comey, quien ha pedido que la comparecencia sea pública. El exdirector de FBI será interrogado por los senadores sobre su despido, las presiones que recibió y la presunta participación del Partido Republicano en la campaña de desprestigio a Clinton.

Otro personaje que habría recibido indicaciones de Trump es el responsable de la Dirección de Inteligencia Nacional, Daniel Coats. El presidente le solicitó que intervenga ante Comey para que retirara del foco de la investigación al destituido consejero de Seguridad Nacional Michael Flynn, otro de los personajes claves del caso. Coats, al considerar que se trataba una injerencia inapropiada, no intervino, reveló el New York Times.

(Foto de portada: AP)

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