Mide 1,5 metros de altura y tiene 4,5 kilómetros de longitud. Se le conoce como el  "muro de la vergüenza", pues separa, desde el 2011, el asentamiento humano La Florida, en Villa María del Triunfo (VMT), de la urbanización Las Praderas, en el distrito de La Molina. Está construido con piedras y púas para tener la seguridad de que nadie cruzará dicha estructura.  

De acuerdo al dirigente vecinal del asentamiento humano, Carlos Hinostroza, el cerco fomenta la discriminación y limita el libre tránsito por el espacio público de unas mil familias que viven en La Florida y tienen que movilizarse por el cerro que da a La Molina.

“Como cualquier ciudadano, nosotros tenemos el derecho de desplazarnos sin impedimentos”, señaló a El Comercio.

El área adyacente al muro es la principal vía de acceso a las viviendas de los vecinos de La Florida. La preocupación tiene fundamento: la posibilidad de una futura restricción del tránsito peatonal en la zona. Por ello, presentarán un hábeas corpus para que se resguarde su derecho al libre tránsito y se retire la construcción que separa a ambos distritos.

el cerco tiene una extensión de más de 8 kilómetro.  (EL Comercio)

Pero, ¿quién y por qué se construyó este muro?

La Municipalidad de La Molina levantó el cerco y muchos creerían que responde a la lógica de Donald Trump: discriminación pura. Sin embargo,  según lo señalado por la comuna, el muro se encuentra en la zona para delimitar el parque ecológico de La Molina que la Superintendencia de Bienes Nacionales le cedió al concejo distrital.

Gina Gálvez, gerente municipal de La Molina, dijo que la comuna se debe encargar del cuidado y desarrollo de las más de 300 hectáreas del parque.

“Ya se aprobó el plan maestro del parque ecológico que plantea el desarrollo de actividades culturales deportivas y recreacionales en la zona. El parque también alberga flora y fauna típica del lugar”, señaló.

Además, dijo que el proyecto de la construcción de la cerca se realizó en coordinación con la exalcaldesa de VMT, Silvia Barreda, que estuvo en el cargo en el periodo 2007-2010. Gálvez enfatizó que en esa época no había tanta población en la zona y que recién se estaba lotizando el área.

Vecinos de la florida usan la vía adyacente al cerco para llegar de forma más rápida a sus viviendas.  (El Comercio)

Es más, precisó que la Municipalidad de La Molina no ha recibido ninguna queja de los vecinos de La Florida.

Más "muros de la vergüenza"

Los muros que separan poblaciones no son una novedad en nuestra ciudad. Entre los distritos de Surco y San Juan de Miraflores hay uno de concreto y fierro, que se comenzó a construir en la década de 1980, como una medida de seguridad contra el terrorismo y las invasiones. Este separa la urbanización de Las Casuarinas del asentamiento humano Vista Hermosa.

Ate y La Molina también se encuentran separados. En el 2005 los vecinos de ambos distritos se enfrentaron porque el cerco bloqueaba la salida de los vehículos de Ate a la avenida Javier Prado.

La interrogante es una: ¿seguridad o discriminación?

(Foto de portada: El Comercio)

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