El mundo se encuentra a la expectativa de la decisión del presidente Donald Trump sobre la salida o continuidad de EEUU en el Acuerdo de París del 2015 contra el cambio climático. El mandatario se encuentra bajo una gran presión internacional que le pide siga en la lucha por reducir la emisión de CO2, por un lado, y por otro, también hay presiones internas: 22 senadores del Partido Republicano exigieron al jefe de Estado, a través de una carta, que rompa con un pacto que consideran que amenaza la economía estadounidense. 

La semana pasada, un grupo de senadores oficialistas, con Mitch McConnell a la cabeza, solicitaron a Trump que cumpla con su promesa electoral y retire a EEUU del Acuerdo de París bajo la excusa de que permanecer supone una barrera para las medidas desreguladoras que su gobierno pretende llevar a cabo.

Asimismo, el senador por Texas y excandidato presidencial, Ted Cruz, insistió este lunes en las supuestas deficiencias del acuerdo climático, el más importante de los últimos años. Señaló que la limitación de emisiones de dióxido de carbono que estipula es dañina para la economía y la industria y que, por ello, aumentarían los gastos energéticos en todo el país y podría llevar al desempleo a trabajadores del sector sin conseguir avances para reducir los gases de efecto invernadero.

La queja principal de Cruz recae en ese factor: los grandes competidores de la economía estadounidense, como Rusia o China, no tienen que cumplir el pacto firmado en 2015 por la Administración de Barack Obama.

El Acuerdo de París pretende frenar el aumento global de las temperaturas para que no supere los 2 grados por encima de los niveles preindustriales. Para ello estipula que cada país comprometido ponga en marcha medidas y políticas con este objetivo.

Trump ya ha firmado 14 órdenes ejecutivas para anular regulaciones que puedan afectar la productividad económica en detrimento a la protección medioambiental, muchas de ellas impulsadas por Obama. Siguiendo con el razonamiento de los republicanos, Trump nombró a Scott Pruitt, un hombre que puso en duda el factor humano en el calentamiento global, a pesar de las repetidas demostraciones de científicos y la infinidad de estudios que confirman ese hecho.

Durante su último viaje presidencial, Trump se reunión con el Papa Francisco en el Vaticano y las potencias europeas durante las reuniones del G7. En ambos casos, se le pidió al magnate republicano que no abandonara la lucha contra el cambio climático. Dentro de los EEUU, la mayor fuerza proviene del sector privado como Apple o Google, u otras de la industria energética, como Exxon Mobil, BP o Shell quienes apoyan mantener las políticas de protección al medio ambiente.

Imagen de cabecera: Reuters

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