"Quiero agradecer a Ecuador, a su pueblo y a su sistema de asilo, quienes apoyaron mi asilo a pesar de una presión muy intensa, incluyendo la de utilizar el sistema comercial de la Unión Europea para castigar a los exportadores ecuatorianos. Una violación terrible".

Con estas palabras el australiano Julian Assange agradecía al Gobierno de Rafael Correa el haberle otorgado asilo en su embajada en Londres desde el año 2012, cuando Suecia solicitó la extradición del fundador de Wikileaks por un presunto delito de abuso sexual, investigación desestimada este viernes por la Fiscalía de ese país.

Pero pese a que en teoría Assange podría abandonar ya la sede diplomática, el periodista señaló que aún pesa sobre él una inexplicable orden de detención por parte de la policía británica, por lo que permanecerá recluido mientras no se resuelva del todo su situación en la capital del Reino Unido en espera de poder viajar a Francia.

Por su parte el Gobierno ecuatoriano, a través de su canciller, Guillaume Long, reiteró la vigencia del asilo, insistiendo en su demanda a las autoridades del Reino Unido para que concedan "el salvoconducto que permita a Assange disfrutar de su asilo en Ecuador", en lugar de su embajada. 

Apuntó que la protección del Estado ecuatoriano "subsistirá mientras concurran las circunstancias que motivaron la concesión" del asilo, "en particular el temor de sufrir reales y potenciales actos de persecución política".

El canciller indicó que la decisión conocida hoy de no imputar cargos contra el fundador de WikiLeaks, implica "el sobreseimiento del caso" en su contra en Suecia, una decisión que Ecuador "celebra".

"Tenemos, por fin, una oportunidad las partes involucradas de poner fin a la situación (...) Ya es suficiente, no más demoras, han sido siete años de detención arbitraria sin cargos. La amenaza de enviar a Assange a la cárcel, el hostigamiento en su contra". 

¿Pero cómo se inició la historia entre Ecuador y el fundador de Wikileaks?

A finales de junio de 2012, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Ecuador informó que Assange se presentó en la sede de la Embajada de dicho país en Londres solicitando protección a su Gobierno. El canciller de ese entonces, Ricardo Patiño, confirmó que el periodista envió una carta al mandatario Rafael Correa asegurando que existía una "persecución" en su contra. 

Assange acudió hasta la sede diplomática y se quedó toda una noche, lo que supuso una violación a las condiciones del arresto domiciliario que llevaba en el país europeo. Hasta hoy no ha vuelto a pisar la calle para evitar ser detenido por la policía.

Finalmente el 16 de agosto de ese mismo año, Ecuador confirmaría el acceso a la petición de Assange, al considerar que Australia no garantizaba protección adecuada para salvaguardar sus derechos.

Londres reaccionaría lamentando la decisión ecuatoriana y amenazaría con ingresar a la fuerza a la sede diplomática, algo que provocó el rechazo del régimen sudamericano.

"Ecuador no está sujeto a tutelajes externos de ningún tipo (...) ninguna ley puede ser emitida para chantajear a otro Gobierno", señaló Patiño, entonces.

Assange se pronunciaría finalmente el 19 de agosto en un esperado discurso pronunciado desde el balcón de la sede diplomática.

Esta fue parte de su intervención:

Estoy aquí porque no puedo estar más cerca de ustedes. Les doy las gracias por estar aquí. Gracias a ustedes por su determinación y su generosidad de espíritu. 

El miércoles por la noche, después de que se enviara una amenaza a esta embajada y la policía descendiera sobre el edificio, vinieron en mitad de la noche para vigilar lo que sucedía, y trajeron con ustedes a los ojos del mundo.

Dentro de la embajada, después de la oscuridad, pude escuchar un enjambre de equipos de la policía entrando en el edificio a través de la salida interna de incendios. Pero supe que habrían testigos. Y eso es gracias a ustedes.

Si el Reino Unido no tiró por la borda aquella noche las Convenciones de Viena, fue porque el mundo estaba observando.

Y el mundo estaba observando porque ustedes estaban observando.

La próxima vez que alguien les diga que es inútil defender aquellos derechos que tenemos en mayor estima, recuérdenles su vigilia en la oscuridad ante la Embajada de Ecuador y cómo, por la mañana, salió el Sol en un mundo distinto, y una nación de América Latina con coraje tomó posiciones en favor de la justicia. Y así pues, a esta gente valiente…

Agradezco al Presidente Correa por el coraje que ha mostrado al considerar y otorgarme asilo político. Y también agradezco al gobierno, y al Ministro de Exteriores, Ricardo Patiño, quien ha defendido en su consideración de mi caso la Constitución ecuatoriana y la noción que esta posee de los derechos universales.


Desde entonces se iniciaría un conflicto diplomático entre los dos países que incluso llevaría al Gobierno sueco a solicitar explicaciones a la diplomacia ecuatoriana, mientras que otros países como Argentina, Brasil y Venezuela apoyarían la medida.

Tanto Correa como Assange defendieron en una entrevista brindada pocos días después la decisión que mantendría a este último bajo el resguardo sudamericano.


Una relación de afinidad entre ambas figuras que no era reciente. Así quedó demostrado solo meses antes cuando el periodista entrevistó a Correa, respecto al "efecto dominó" de los documentos filtrados de los Estados Unidos.


Un años después, Correa ratificaría su respaldo a Assange, reiterando que podría permanecer en la embajada "el tiempo que crea necesario, que a bien desee (...) No se preocupe, don Julian, nos da mucho gusto que sea nuestro huésped".

 El presidente Ecuatoriano haría lo propio en 2014 durante una visita en Guatemala, haciendo un llamado al Reino Unido de brindar el salvoconducto que le permitiera a Assange pisar la calle para salir del país.


En agosto de 2016 el mandatario acusaría de doble moral internacional la actitud de Gran Bretaña respecto al caso, pero felicitaría la decisión de la justicia sueca de acudir a interrogar a Assange dentro de la embajada. Recordando además que Naciones Unidas respaldaba totalmente al periodista.


Uno de los últimos capítulos lo protagonizaría el candidato presidencial opositor Guillermo Lasso, que aseguró que de ganar las elecciones dejaría sin efecto el asilo político para Assange. 


El desenlace electoral supondría la derrota de Lasso y la victoria de la denominada Revolución Ciudadana en el país sudamericano, lo que llevaría a Assange a devolver "el golpe", invitando al derrotado candidato a abandonar Ecuador.


Una historia de apoyo que ha terminado finalmente este viernes en lo que se refiere al capítulo del asilo. Pero que sin duda continuará desde el lado de la fraternidad y respaldo a la defensa de los derechos humanos.



foto de portada Peter Macdiarmid-Getty

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