En la foto que acompaña esta nota, el conductor radial Phillip Butters, "popular" por sus posiciones machistas y homofóbicas, aparece junto a dos personajes que se han hecho conocidos en el Perú de la noche a la mañana: los argentinos Agustín Laje (de barba) y Nicolás Márquez, de saco gris.

Laje y Márquez se encuentran en Lima para presentar el libro "El Libro Negro de la Nueva Izquierda: Ideología de género o subversión cultural", gracias a gestiones de Ricardo Vásquez Kunze, jefe del Fondo Editorial del Congreso de la República.

Más allá de la discusión que tuvieron con Patricia del Río en una entrevista que concedieron a RPP para hablar de su libro, que será presentado esta semana en Lima, es necesario conocer los antecedentes de ambos personajes, que van desde sus posiciones de ultraderecha (seguramente legítimas) hasta lo delictivo. Sobre esto último, nos vamos a centrar en Márquez

ABUSO SEXUAL Y VIOLENCIA FAMILIAR

En una nota publicada en el diario porteño Página 12, el 27 de septiembre del 2009, titulada "El canalla", el periodista argentino Horacio Verbitsky, reconocido por su trayectoria y por libros como El Vuelo, escribe sobre una denuncia contra Márquez por "violencia familiar y abuso sexual" contra su propia hija.

"Márquez tiene una doble vida: su ex mujer lo denunció por violencia familiar y por abuso sexual contra la hija de ambos, de cuatro años. Cuando la mujer quedó embarazada, Márquez le exigió que abortara y comenzó a pegarle por su negativa. Esto fue causa de la separación y de dos denuncias por violencia familiar que finalizaron en audiencias de mediación. También lo demandó por la tenencia de la niña y por el pago de alimentos".

Verbitsky detalla que la denuncia por abuso sexual "fue presentada el 8 de septiembre del 2008" y que a causa de esta la niña tenía "crisis de llanto repentino, miedos, y vómitos y paspaduras en la zona genital" cada vez que iba a la casa de Márquez, "de quien dijo que le pegaba".

"Ante un cuadro de fiebre alta (de la niña) un pediatra de la Clínica Pueyrredón de Mar del Plata diagnosticó que no obedecía a causas clínicas. Cuando la niña dijo que el padre la lamía, la derivó a una psicóloga infantil. La nena le narró que su padre también le había tocado los genitales. La psicóloga consideró que el relato era confiable y certificó el abuso. Márquez dijo que era 'un juego'. En cuanto se interrumpió el contacto, la conducta y la salud de la niña mejoraron".

Aunque en un primer momento la fiscal Daniela Ledesma archivó el caso por considerarlo "una estrategia de la mujer por los conflictos de pareja", el Fiscal General de Mar del Plata Fabián Uriel Fernández Garello, "dispuso su reapertura". 

Finalmente, se dispuso que Márquez vea a la niña "en lugares públicos, acompañado por una persona de confianza y bajo el control visual de la madre de la niña", pero este "prefiere no verla".

AFINIDADES IDEOLÓGICAS

En la demanda contra Márquez por el caso de la niña, se le describe como "activista incansable de la derecha argentina, defensor a ultranza de genocidas"; esto último en referencia a la dictadura militar que hubo en aquel país entre 1976 y 1983, que dejó más de 30 mil desaparecidos.

Márquez también es colaborador del Hispanic American Center for Economic Research (HACER), de Washington, cuyo objetivo es la defensa de la "libertad y el libre mercado". Verbitsky cita que a este centro pertenece Julio Cirino, ex agente del Ejército argentino y actualmente preso por delitos de lesa humanidad.

¿Y sobre Agustín Laje? El coautor del libro citado en las primeras líneas de esta nota es un defensor de la dictadura que también es apologizada por Márquez, y además califica a las defensoras de los derechos de las mujeres como "feminazis", como consta en varios de sus artículos en el portal "Prensa Republicana".

Es cierto que Del Río no tuvo una buena performance en la entrevista y quizás pudo hacerlo mejor. Pero también es bueno conocer quiénes son estos personajes, que vienen con una agenda claramente ultraconservadora.

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