El embajador de Corea del Norte ante la ONU, Kim In Ryong, afirmó este martes que el enfrentamiento con Estados Unidos crea “una situación peligrosa en la que una guerra termonuclear puede estallar en cualquier momento”. Esta advertencia llega como respuesta a las palabras del vicepresidente Mike Pence quien dio por terminada la era de la "paciencia estratégica".
En su visita a Corea del Sur, el segundo hombre más poderoso de la Casa Blanca anunció que “todas las opciones estaban sobre la mesa”, incluidas acciones militares de castigo como las lanzadas en Siria y Afganistán.
“Si Washington opta por una acción militar, estamos preparados para reaccionar a cualquier tipo de conflicto”, señaló el diplomático norcoreano en la ONU. El Pyongyang lleva dos décadas buscando un misil nuclear capaz de alcanzar territorio estadounidense sin éxito. Sin embargo, logró la creación de una bomba atómica de 30 kilotones (dos veces la de Hiroshima) y una potencia balística suficiente para amenazar a Corea del Sur y Japón.
Las pruebas de armas de Corea del Norte incomodaron al resto de potencias mundiales. Debido a que las amenazas y advertencias contra el accionar de Kim Jong-un no surgieron efecto, EEUU envió el portaaviones nuclear Carl Vinson y su poderoso grupo de combate a aguas de la península coreana en las últimas semanas.
Además, ha presionado diplomáticamente a China para que bloquee la carrera armamentística coreana, y, tras las demoledoras intervenciones militares en Siria y Afganistán, ha mostrado su disposición a emprender un ataque preventivo.
Sin embargo, el accionar del gobierno de Trump se convirtió en argumento de validación del autoritario mandato de Jong-un.
“Esta grave situación prueba una vez más que la República Democrática Popular de Corea está enteramente justificada cuando aumentó sus capacidades de autodefensa y ataque preventivo con el puntal nuclear”, afirmó el embajador Kim In Ryong. La guerra, aunque verbal, ya ha empezado.
Es decir, la posibilidad de una guerra nuclear da unidad a un Gobierno, que detrás de la iconografía comunista oculta una tiranía hereditaria y paranoica, donde el fallecido fundador de la dinastía, Kim Il-sung, ocupa el cargo de presidente eterno, y su difunto hijo Kim Jong-il, el de líder eterno.
El hasta ahora equilibro e inacción militar entre ambas naciones se debe principalmente a que Corea del Norte sabe que se encuentra en una desventaja frente a la fuerza armamentística de Estados Unidos. No obstante, la disposición a inmolarse y recibir una andana del mayor ejército del planeta, a cambio de golpear con el arma nuclear aunque sólo sea una vez a su enemigo o algunos de sus aliados es lo que hace que EEUU no actúe a su vez.
Como ya le había previsto Barack Obama en la trasmisión de poderes, el conflicto con la mayor amenaza externa para Estados Unidos ya ha comenzado y sólo se espera un punto de quiebre definitivo para el inicio de cruce de armas sino se llega a un mutuo entendimiento entre naciones.
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