Habita en las yungas del sur de Perú y el norte de Bolivia. Supera ligeramente en tamaño a un ratón doméstico con aproximadamente 19 cm. Sigiloso, silvestre, pero inofensivo se nutre de insectos, frutos y semillas de la región. Ha sido bautizado como Neacomys vargasllosai y fue descubierto por los científicos de la Universidad Mayor de San Marcos, Natali Hurtado y Víctor Pacheco.  

“El descubrimiento es importante porque aprendimos que se trataba de una especie endémica de Sudamérica totalmente nueva y de un género muy complejo, si bien conocíamos que era de la tribu Oryzomyini de la subfamilia Sigmodontinae”, explicó Pacheco para N+1.

Según relata Pacheco, sus características morfológicas y moleculares la diferenciaron del ratón espinoso grande (Neacomys spinosus), por lo que continuaron sus investigaciones y se dieron cuenta, en el 2012, de que era un especie completamente nueva. Así lo bautizaron como Vargasllosai, en honor al escritor Mario Vargas Llosa, quien nació en Arequipa (como uno de los investigadores) y vivió en Bolivia, lugar en el que habita la nueva especie).

"Hace poco más de 5 años, el prof. Victor Pacheco y yo logramos distinguir que teníamos una especie nueva de Neacomys (que son unos pequeños roedores sudamericanos). Hasta ese momento, había leído varias obras de Mario Margas Llosa y estaba encantada con “Travesuras de la niña mala”, por eso y todo el talento literario que MVLL representa decidí rendirle tributo con mi trabajo al dedicarle esta especie: Neacomys vargasllosai", acotó Hurtado.

La investigación que inició a mediados del 2011 con el objetivo de evaluar la identidad de las poblaciones de los roedores sudamericanos del género Neacomys spinosus distribuidas en los Andes y la Amazonía no ha sido un trabajo sencillo, pues estas investigaciones son costosas y no todos apuestan por ellas. A mediados del 2012, los científicos ya habían recolectado la evidencia morfológica, pero aún necesitaban completar los análisis moleculares. Tuvieron que pasar aproximadamente dos años para que consiguieran apoyo y continuaran con el trabajo.

Con este descubrimiento se hace necesaria la creación de programas de conservación de la zona, pues esta no solo es habitada por este roedor, sino por otras especies.

“Hay varios individuos (de esta especie), suponemos que la única amenaza que tiene es la degradación del hábitat por actividades humanas, como: minería ilegal, tala de bosques o expansión de asentamientos humanos dentro de las yungas de Perú”, señaló Hurtado a LaMula.pe.

Con estos descubrimientos se advierte que podrían identificar, por lo menos, a otras cuatro especies.

“No podemos detener el desarrollo, pero sería necesario separar zonas como áreas de protección para cuidar a los osos de anteojos y otros mamíferos y aves que tienen su hábitat en esta área y así proteger a un mayor número de especies”, refirió Pacheco a N+1.

Un trabajo arduo que ha dado muy buenos frutos y la satisfacción de sus autores prometen continuar con investigaciones que permitan conocer más sobre nuestro ecosistema.

“Este descubrimiento ha sido una gran satisfacción, no solo académica, sino personal. Lo más quiero es seguir estudiando la diversidad de mamíferos andinos. Estoy segura que existen muchas especies nuevas más, esperando a ser descritas. Por lo mismo, ahora estoy siguiendo un doctorado en ciencias en Chile y mi objetivo es volver a Perú para trabajar con jóvenes investigadores y descubrir estas especies”, nos contó Hurtado.

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