Fue construido para que dure 20 años y solo llegó a siete: se "desplomó", tras la crecida del río Huaycoloro. Inmediatamente se supo que algo estaba mal con el diseño y la construcción del puente Solidaridad.
La Unidad de Investigación de El Comercio reveló indicios de un presunto direccionamiento en la licitación de la obra y que dio como ganadora a una empresa sin previa experiencia en obras complejas como lo es construir un puente sobre un río.
Se trata de la Constructora e Inmobiliaria AL&M, que fue la encargada de la construcción del puente Solidaridad y del puente Los Libertadores (sí, ese que tiene el mismo diseño y está sostenido por una grúa para que no corra con la misma suerte).
AL&M se creó en febrero del 2004 y luego de un año obtuvo su primer contrato municipal por S/229.747 con el asfalto de ocho calles de Comas. Seis meses después, según informa El Comercio, tuvo a su cargo la construcción de tribunas para losas deportivas en Los Olivos, por lo que ganó S/431.657. Modestos proyectos que terminaron en el 2009, cuando dio el gran salto y ganó tres concursos de la Municipalidad Metropolitana de Lima, bajo la gestión de Luis Castañeda, en los que fue el único postor, por S/8’700.000.
Es así que entre julio del 2009 y marzo del 2010 ganó las convocatorias de la Empresa Municipal Administradora de Peaje de Lima (Emape) para la construcción del puente peatonal del kilómetro 25,5 de la Panamericana Norte y los puentes Los Libertadores y Solidaridad. ¿Cuánto dinero hubo? El Comercio indica que en la primera obra se les pagó S/1’154.189, en la segunda S/3’692.833 y S/3’898.294 por la tercera.
Esta revelación genera más dudas, o tal vez, aclare el panorama; pues para Alberto Retamozo, director de la Unidad de Postgrado de Derecho de la Universidad de San Marcos, “el puente Solidaridad nació muerto”.
“Hay deficiencias en el objeto de la contratación […]. Si ponían puentes peatonales sobre ríos, te cambiaba todas las especificaciones técnicas. Un expediente mucho más complejo llama mejores postores. Le aseguro que no ganaba el que ganó", subrayo.
Las bases del concurso jamás especificaron que el puente se debía construir sobre el río Rímac, un aspecto que de hecho lo hacía más complejo.
El abogado José Antonio Trelles, especialista en contrataciones estatales, dijo también que las bases administrativas vulneraron "el principio de transparencia, el principio de libre concurrencia y competencia al direccionar la calificación a un segmento del mercado", pues Emape estableció como factor de evaluación la misma experiencia que tiene AL&M respecto a contratos previos con la misma entidad.
¿Irregularidades? Más de una. Seguramente estas serán evaluadas por la Contraloría General de la República que ya inició una investigación sobre los puentes en mención.
(Foto de portada: El Popular)
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