El miércoles por la mañana, el alcalde de Lima, Luis Castañeda, se sumó a los pedidos del presidente de la Confiep, Roque Benavides, para que el gobierno de Pedro Pablo Kuczynski suspenda la organización de los Juegos Panamericanos Lima 2019, para priorizar la atención a los damnificados por las lluvias en el norte del país.

En la misma línea del Apra y del fujimorismo, que parecen cantar el mismo coro de Benavides, el alcalde manifestó que estos sucesos son "una urgencia, donde se tiene que priorizar la vida" 

"Hay que distraer todos nuestros recursos hacia ellos (los sectores más pobres). Esto debe estar acompañado de una declaratoria de emergencia".

Con lo que no contó Castañeda es que la naturaleza no solo se ha manifestado en el norte del país, sino que ahora lo ha hecho en la capital, con los desbordes de los ríos Rímac y Huaycoloro.

En el caso del emblemático "Río Hablador", este ha aumentado su caudal peligrosamente, desbordándose hasta inundar espacios públicos como la Alameda Chabuca Granda y el Parque de la Muralla, recientemente reinaugurado por el burgomaestre.

Además del desborde del Rímac, también se ha producido el del Huaycoloro como hace casi mes y medio, que afecta a la población de San Juan de Lurigancho que vive cerca del Malecón Checa y la avenida Ramiro Prialé. 

Ante estos sucesos, que ponen en peligro la seguridad de los vecinos y los espacios públicos; y que además evidencian la falta de previsión de la gestión "solidaria", Castañeda debe actuar de inmediato. Y poner en práctica lo que dijo horas antes de que sucedan.

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