El fiscal Humberto Ruiz Peralta, de la Segunda Fiscalía Provincial Penal de Miraflores, denunció a Christopher Franz Bettocchi, de 38 años, por el delito de feminicidio contra su esposa, la canadiense Kimberlee Susanne Kasatkin, de 41 años, quien se encuentra desaparecida desde el 27 de noviembre pasado.
A través de la cuenta oficial de Twitter, el Ministerio Público anunció la formalización de la denuncia fiscal y solicitó 9 meses de prisión preventiva para Franz Bettocchi. El presunto asesino fue detenido la semana pasada por la Policía Nacional del Perú (PNP) y fue puesto a disposición de la Fiscalía.
Como señaló el general de la PNP, Miguel Núñez, el 26 de noviembre, los esposos ingresaron al inmueble en Miraflores que compartían, lugar del que la canadiense nunca salió. Las cámaras de seguridad indican que al día siguiente Franz Bettocchi dejó de su casa y, luego de 40 minutos, volvió con una bolsa color rojizo. Más tarde, el presunto feminicida se dirigió al estacionamiento con la misma bolsa y la metió a la maletera de su camioneta.
“El detenido indica que dentro de esta bolsa llevaba carpas. Luego de los estudios realizados, hemos determinado que la bolsa tendría un peso aproximado de 90 kilos, desbaratando la versión del médico, pues las carpas no podrían superar los 20 kilos”, manifestó el jefe de la Dirincri.
Incluso, los rastros de sangre hallados en el inmueble son compatibles con la identidad genética del padre de la mujer canadiense.
Pese a estos indicios, Bettocchi ha declarado su inocencia y ha participado en la búsqueda de su esposa desaparecida.
Una de las tesis policiales es que el cadáver fue enterrado en Chilca; sin embargo, no se ha podido encontrar hasta el momento. “Algunas zonas del terreno tiene la tierra removida, el cuerpo pudo haber sido sacado por otra persona del lugar”, dijo un agente.
Una de las hipótesis que se manejan respecto al móvil del crimen es que Susanne Kasatkin planeaba volver a su natal Canadá, porque estaba cansada de los maltratos físicos que sufría de parte de su pareja y quería llevarse a sus dos menores hijos. Sin embargo, no contaba con la autorización del padre.
(Foto de portada: La República)
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