Otro caso más de feminicidio en Argentina causa conmoción, luego de descubrirse el doble asesinato de Maruja Chacón Pérez, de 50 años de edad, y su hija Shirley Cielo Barrientos, de 15, ambas peruanas, quienes estaban desaparecidas desde el 28 de enero pasado y cuyos cuerpos fueron enterrados en una casa de la localidad bonaerense de Punta Lara, cerca de la ciudad de La Plata. 

La Policía descubrió los cadáveres de la mujer y la menor la madrugada del martes último. Estaban sin ropas, y envueltos en bolsas y frazadas, a un metro y medio de profundidad.

El fiscal Marcelo Romero, del Departamento Judicial de La Plata y la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de esa ciudad, aseguró que se trata de un doble femicidio. "Estaban enterradas debajo de la parrilla en una finca cerca del Palacio Piria, en Punta Lara", dijo el funcionario judicial.

"El sospechoso es el inquilino de la casa, pareja ocasional de la mujer (Chacón Pérez). Está prófugo", dijo por su lado Susana González, secretaria de Seguridad de la comuna de Ensenada, al sur de Buenos Aires.

En declaraciones a los medios, la funcionaria en mención reveló que el hombre, de apellido Hidalgo, y que es buscado por la Policía, les confesó el doble crimen a sus compañeros de trabajo, al anunciarles que renunciaba: "Me mandé una cagada".

Douglas Barrientos, hijo y hermano de las mujeres asesinadas, aseguró al diario Clarín de Argentina que tiene un audio en el que se oye a su madre clamar por su vida. 

"Tenemos un audio que grabó una de las amigas de mi mamá cuando la llamó, donde está pidiendo auxilio. Decía: 'Por favor, no quiero morir'. Y de fondo se escucha a mi hermana, que decía: 'Salí, salí'"

El joven aseguró que dentro de la grabación se puede reconocer el sonido de "una televisión que está a alto volumen", según él, "para que no puedan escuchar sus gritos, como si estuvieran encerradas en algún lugar".

Maruja Chacón tenía otros dos hijos mayores, Kimberley y Douglas, quienes viven en Lima y recibían frecuentes remesas de dinero y llamadas telefónicas diarias de su madre.

En el mundo, una de cada tres mujeres ha sufrido de violencia física o sexual. Datos de la ONU revelan que el feminicidio sigue en aumento en América Latina y la aplicación de la justicia a los culpables sigue siendo limitada, con un 98% de impunidad. Tanto en Argentina como México se reportan cifras alarmantes.

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