Como muchos lo preveían, a casi un mes de haberse instalado en la Casa Blanca, el gobierno de Donald Trump avanza, a paso a firme, a convertirse en el más controversial de la historia de EEUU. Ahora, el Wall Street Journal informó que los servicios de inteligencia de la potencia mundial le oculta información al comandante en jefe del país, el presidente, por temor a que se filtren datos secretos que pondrían en riesgo la seguridad de la nación.
De acuerdo con el reporte periodístico en mención, a Trump le estarían restringiendo detalles sobre fuentes y métodos de investigación, incluyendo las vías de obtención de información sobre gobiernos extranjeros. "Nada indica que [el presidente] esté teniendo un reporte adecuado de lo que se hace", dice una fuente no identificada citada por el Wall Street Journal.
En la campaña e incluso ya en el poder, Trump vilipendió al servicio secreto de su país y lo desacreditó por las informaciones que daban cuenta sobre la supuesta interferencia de Rusia en las elecciones estadounidenses para ayudar al magnate a llegar a la Casa Blanca.
"No me fío de la gente que ha estado a cargo en nuestro país. Quiero decir, sólo hay que ver lo que ha pasado en los últimos 10 años (…) Ha sido completamente catastrófico. [...] No voy a confiar en muchas de las personas que ya trabajan allí. Es muy fácil hacerlo, pero no lo haré, porque han tomado muy malas decisiones", declaró Trump en una entrevista con la cadena Fox en agosto del 2016, cuando aún era candidato.
Ahora está envuelto en una crisis de credibilidad que se intensificó con la dimisión de Michael Flynn como su consejero de Seguridad Nacional, por los diálogos que sostuvo con el embajador ruso, Sergei Kislyak, durante la transición presidencial y por mentir a altos cargos del gobierno como el vicepresidente Mike Pence sobre dichas conversaciones.
Otro golpe llegó este miércoles, cuando la cadena de televisión CNN y el New York Times, citando a fuentes de los servicios de inteligencia de EEUU, afirmaron que miembros de la campaña electoral del ahora presidente estuvieron en contacto permanente con espías rusos durante todo el 2016.
Trump respondió a las críticas el mismo día a través de su cuenta oficial de Twitter: "La comunidad de Inteligencia está dando información ilegalmente a los fracasados The New York Times y The Washington Post".
"El verdadero escándalo aquí es que información clasificada está siendo entregada por la ‘inteligencia’ como caramelos", agregó en otro tuit.
Por su lado, el Wall Street Journal, reputado medio de corte conservador, del que es dueño el magnate Rupert Murdoch, refiere que siempre ha ocurrido que los servicios de espionaje reserven parte de sus investigaciones en sus informes a la presidencia, pero con objeto de asegurar a sus fuentes o de no dañar sus estrategias de inteligencia, no por desconfianza hacia el líder del país.
Su admiración por el presidente ruso Vladímir Putin y las conexiones de su círculo de mayor confianza con el Kremlin, el mayor enemigo de EEUU desde la Guerra Fría y que hasta la llegada de Trump a la Casa Blanca era una nación con relaciones no cordiales, lo convierte en una figura sospechosa para las agencias encargadas de velar en la sombra por la seguridad del país.
La renuncia de Flynn no ha servido para dar carpetazo a la tormenta sobre la conexión rusa con la Administración Trump, sino que parece ser otro tema del que el mandatario tiene que preocuparse.
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