¿Qué estamos haciendo por nuestros niños? Esta es la pregunta que ronda en la cabeza de uno tras escuchar la conferencia de prensa que ofrecieron Pedro Salinas, Paola Ugaz, José Enrique Escardó y el congresista Alberto de Belaunde.
Los autores de Mitad monjes y mitad soldados, libro de investigación que recogió el testimonio de personas víctimas de abuso físico, psicológico y sexual por miembros del Sodalicio de Vida Cristiana.
Ellos conversaron con la prensa nacional e internacional (convocada en las instalaciones de LaMula.pe) tras conocerse la decisión del Vaticano de prohibirle retornar al Perú a Luis Fernando Figari, fundador de la organización religiosa y sindicado como el principal perpetrador de los abusos denunciados.
Para Pedro Salinas, la decisión de la llamada Santa Sede es una prueba de que la política de 'tolerancia cero' contra este tipo de actos que dañan la integridad de las personas no existe.
"El protocolo de tolerancia cero, proclamado a los cuatro vientos es falso, es una mentira del tamaño de la catedral", manifestó el periodista.
Entre los argumentos que esgrimió el Vaticano resalta el que señala que Figari solo cometió "actos impuros" pero no violación sexual debido a que las víctimas eran mayores de 16 años. En el documento oficial, además, califica a Figari "como un mediador de un carisma de origen divino".
En la conferencia de prensa también se hizo hincapié en que el Sodalicio intenta presentarse, ante la sociedad peruana, como una organización que está reformándose pero que, en el fondo, está encubriendo a algunos de sus miembros acusados.
Dicho documento señala que ocho sodálites abusaron de al menos 36 personas. De ellos 19 eran menores de edad cuando los hechos ocurrieron (entre 1974 y el 20009). No obstante solo identificaron a cuatro: el fallecido Germán Doig, Virgilio Levaggi, Jeffrey Daniels; y el propio Figari.
"En el informe están los abusadores, pero no los cómplices porque lo que tratan de mostrar es que hay un problema de individualidades, es decir, la organización parece caminar pero hubo dos o tres casos excepcionales. Lo curioso es que todos tienen que ver con la cúpula del Sodalicio", apuntó.
¿Cuál seria la finalidad de esta estrategia? Mantener la infraestructura (como colegios y cementerios) que le generan réditos económicos.
Boicot desde la sociedad
Escardó, una de las tantas víctimas, fue enfático en señalar que si bien el Poder Judicial falló en el caso Sodalicio, la sociedad civil puede hacerle frente a esta institución a través de acciones concretas.
En esa línea pidió a los padres que tienen matriculados a sus hijos en colegios de la organización religiosa que los retiren de dichos centros educativos, cuyos nombres fueron recordados por Ugaz: San Pedro, Nuestra Señora de la Reconcialición y Santa María de Chincha.
"El Sodalicio tiene contacto con menores de edad a nivel nacional. Tiene dos organizaciones, Solidaridad en Marcha y Movimiento por la Vida Cristiana, que organizan muchas actividades cada fin de semana. En Lima preparan la Primera Comunión y Confirmación para muchos colegios", detalló.
De esa manera Escardó resumió así la estrategia que debe aplicarse para despojar al Sodalicio de su poderosa influencia:
"No hagamos creer a la gente que Figari es el único problema y que el Sodalicio puede seguir. No sabemos dónde están esos pederastas que han mencionado. Nos pongamos a nuestros niños en peligro"
Acción parlamentaria
De Belaunde reafimó su intención de formar una comisión investigadora para exponer ante la sociedad los casos de abusos cometidos por miembros de Sodalicio.
Una decisión que parece haber despertado el temor de personas importantes del Sodalicio que han visitado los despachos de diferentes congresistas para hacer lobby para evitar que se formen dicho grupo de trabajo, según denunció el integrante de la bancada oficialista.
[Foto de portada: LaMula.pe ]
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