Mario Vargas Llosa ha emprendido una nueva cruzada. Esta vez el objetivo del Nobel de Literatura es Donald Trump, el presidente de EEUU que mantiene el vilo a la comunidad latina tras el endurecimiento de las normas migratorias con el fin de deportar inmigrantes indocumentados, así estos no representen un peligro para el país, estén en proceso de regularización de su situación migratoria y tengan hijos estadounidenses, como el caso emblemático de la mexicana Guadalupe García de Rayos en Phoenix, Arizona.
Así, el escritor peruano llamó este lunes a las comunidades hispanohablantes en el mundo a que se movilicen en solidaridad con los latinos en los EEUU y con países como México, "claramente agraviados" por Trump. De hecho, el domingo, en varias ciudades mexicanas se realizaron masivas manifestaciones, una jornada histórica y apartidista contra el presidente estadounidense.
miles de personas salieron a las calles de la capital mexicana el domingo para decir no a Donald Trump y exigir al Gobierno de Enrique Peña Nieto dignidad y firmeza para enfrentar a su mayor amenaza.
Tras participar en la presentación del proyecto El valor económico del español, en Madrid, Mario Vargas Llosa sostuvo que conviene defender a las lenguas "cuando enfrentan algún peligro", como "es el caso del español en EEUU", que es el segundo país del mundo donde viven más hispanohablantes y donde hay al menos 50 de las 500 millones de personas en el mundo que tienen al español como lengua materna.
El escritor peruano agregó que en la administración de Trump "hay unos síntomas muy preocupantes, que derivan de alguna manera de la situación difícil en que se encuentra la comunidad hispanohablante en Estados Unidos".
"Yo creo que todas las comunidades hispanohablantes deberíamos movilizarnos en solidaridad no solamente con ellos, sino con países que han sido claramente agraviados por el nuevo mandatario norteamericano, como México".
El Nobel de Literatura cree, no obstante, que nuestro idioma "es hoy día una lengua invulnerable (...) pero las instituciones, los Estados que representan esa enorme comunidad de sociedades que hablan español deberían movilizarse cuando un peligro, como clarísimamente está ocurriendo en nuestros días, se cierne sobre nuestra lengua".
"Ningún país hispanohablante ha hecho lo que debería haber hecho", anotó Vargas Llosa, aunque "afortunadamente los idiomas se defienden solos".
"Ahora, es muy bueno que reciban en un determinado momento un apoyo, porque ello les da mayor fortaleza, solidez y garantizan su expansión".
DATO
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