La actitud del Poder Ejecutivo encabezado por el presidente de la República, Pedro Pablo Kuczynski, y el presidente del Consejo de Ministros, Fernando Zavala, frente la feroz campaña de desinformación denominada #ConMisHijosNoTeMetas ha sido, por decirlo de algún modo, bastante fría. Han evitado pronunciarse al respecto y en el caso del mandatario ha 'ninguneado' prácticamente el esfuerzo hecho desde el Ministerio de Educación señalando que el documento tenía elementos que 'no lo entusiasman'.
Sin embargo al interior del Gabinete son dos las ministras que hasta hoy, frente a la pasividad de sus líderes, continúan por todos los medios tratando de realizar labor pedagógica y explicar que la ya famosa ideología de género' es solo un invento más de los sectores ultraconservadores para detener cualquier iniciativa de acabar por fin con la desigualdad de oportunidades entre hombres y mujeres, y con la discriminación e intolerancia hacia la diversidad. Una actitud que para personajes como Juan Luiz Cipriani serían propios de ministras 'repondonas'.
La ministra de Educación, Marilú Martens, ha buscado desde que asumió el cargo a mediados de diciembre, que las dudas de los padres de familia sean aclaradas con reuniones en los que se explicó punto por punto que lo que realmente se promueve en el currículo es la igualdad de género.
Así lo aclaró -por enésima vez- en una reunión reciente con padres de familia de Lima Norte.
"No existe la ideología de género. Lo que existen son siete enfoques transversales, uno de los cuales es la igualdad de género, que está vigente desde el currículo del 2004. Es un enfoque de igualdad de derechos, deberes y oportunidades de género. No hay ninguna ideología. Esos son mitos, creencias de grupos religiosos o de otra índole".
Explicó, además, por qué se busca acabar con esta desigualdad.
"Como papás, mamás, hombres y mujeres, hemos visto que históricamente, culturalmente, socialmente, incluso hoy las mujeres vivimos en cierta desventaja respecto a los hombres. A través de la educación, de la formación que le queremos dar a nuestros hijos, queremos romper con esos paradigmas y creencias".
¿Qué es lo que se promueve entonces? Martens ha sido clara también al detallar que no hay ninguna 'promoción de la homosexualidad', sino simplemente se trata de enseñar a los niños la importancia del respeto hacia la diversidad, lo que incluye obviamente la orientación sexual de los alumnos.
"Promovemos el respeto, la tolerancia, la solidaridad. La no discriminación. No queremos que haya bullying en el colegio por ningún motivo. Que ningún niño sea infeliz".
En entrevista a El Comercio el último sábado, contó que ha intentado hacer entender a los padres de familia reacios a la implementación del currículo, que sus dudas no tienen ningún fundamento.
"Hemos recibido en el despacho a varias personas de esos movimientos. Algunos movimientos más dispuestos a escuchar que otros, pero a todos les hemos explicado exactamente lo mismo: que el currículo nacional, lo que promueve, es un enfoque de igualdad de oportunidades, deberes y derechos, entre hombres y mujeres. Y, además, promovemos, un ambiente de respeto, de tolerancia, de valoración de la diversidad, de los unos con los otros dentro de las escuelas y, además, reconocemos a la familia como el primer formador del estudiante, del niño y de la niña".
La única aliada
Ana María Romero-Lozada, ministra de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, fue quizás al momento de su designación la que más escepticismo despertó entre colectivos de mujeres y de defensa de los derechos LGTBI por encarnar supuestamente posturas bastante conservadoras. Sin embargo en el camino su gestión se ha caracterizado por ser una de las comprometidas con las agendas de estos sectores de la población, con mesas de trabajo y la implementación de políticas para evitar que continúen en situación de vulnerabilidad.
En ese sentido, Romero Lozada ha defendido el currículo y la necesidad de eliminar los estereotipos de género en los más pequeños.
"No puede ser que nosotros propongamos o motivemos que los niños son más hábiles en ciencia que las mujeres, eso no es cierto y va marcando distancia. Hay que aplicarlo desde el colegio y las casas. Muchas veces las mujeres somos más machistas que los hombres porque ya les vamos sembrando estos mitos y prejuicios a los pequeños. Si un niño quiere jugar voley ¡a buena hora, que lo haga!"
Este martes, en una columna publicada en El Comercio, la titular de La Mujer insiste al igual que Martens en la inexistencia de la llamada 'ideología de género'.
"La supuesta 'ideología de género' escondería la pretendida intención del Estado para modificar la sexualidad de las niñas y niños desde la educación. Nada más lejos de la verdad. Desde el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables hemos afirmado rotundamente que la 'ideología de género' no existe en las políticas públicas".
En el mismo artículo explica con cifras el nivel de desigualdad que colocan a las mujeres actualmente en posición de desventaja frente a hombres con sus mismas capacidades. A lo que se suma, además, los niveles alarmantes de violencia por razones de género u orientación sexual.
"La consecuencia más grave de la desigualdad de género es la violencia contra la mujer (...) La violencia también se expresa respecto de niñas, niños y adolescentes, personas adultas mayores, personas con discapacidad y otros grupos sociales por su orientación sexual".
Unas declaraciones que muestran que mientras la agresividad desde las campañas promovidas por los antiderechos continua y amenaza con intensificarse, al menos hay dos ministras dispuestas a seguir jugándosela por la educación y el respeto. ¿Bastará?
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