El 26 de abril de 1986 el mundo vivió una de sus peores catástrofes. El cuarto reactor de la planta nuclear de Chernóbil (actual territorio de Ucrania) explotó, lo que ocasionó que se esparcieran hasta 200 toneladas de material fisible con una radiactividad de 50 millones de curios (equivalente a entre 100 y 500 bombas atómicas como la de Hiroshima). De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la radiación afectó a más de cinco millones de personas, entre rusos, ucranianos y bieolorrusos.
El desastre nuclear conmocionó al mundo entero, especialmente porque entre los afectados habían menores de edad. No obstante, aun en los momentos más sombríos, la solidaridad ilumina el escenario. El gobierno cubano, liderado por Fidel Castro, fallecido en noviembre pasado, decidió recibir a ,aproximadamente, 25 mil niños afectados por la radiación para tratarlos. Así pequeños rusos, ucranianos y biolorrusos recibieron ayuda durante más de dos décadas. El primer contingente llegó a La Habana el 29 de marzo de 1990.
Los niños de Chernóbil fueron enviados a la playa de Tarará (a veinte kilómetros de la capital de Cuba), donde el campamento que sirvió para la educación de los llamados pioneros fue adaptado como balnerario-hospital. La ayuda, además, se extendió incluso después de la caída de la Unión Soviética.
Este episodio fue recordado en Lima gracias a la exposición de la artista visual Sonia Cunliffe, responsable de la muestra 'Documentos extraviados: Niños de Chernóbil en Cuba' que se llevó a cabo en la capilla del antiguo Colegio Mercedes Cabello de Carbonera, (ubicada en la Iglesia Santo Tomás de Aquino).
Ahora, esta historia 'ha vuelto a casa', es decir, a Cuba. Y, más precisamente, a la Biblioteca Nacional de La Habana, donde el trabajo de nuestra compatriota se expone desde el pasado 7 de enero y cuya apertura se extenderá por un mes.
"Cuando hice esta muestra, siempre tuve la ilusión de presentar esta muestra en Cuba. Mostrar al propio pueblo su proyecto. Un episodio del que muchos no saben, especialmente los más jóvenes que no vivieron ese momento", dijo Cunliffe al medio Cuba Debate sobre 'Documentos extraviados: Niños de Chernóbil en Cuba' que exhibe imágenes actuales de Tarará con fotografías de los diarios cubanos Granma y Juventud Rebelde.
Asimismo recalcó que existe una comunión con otros lenguajes. "Es un conjunto, es encontrar un documento completo que te narre la situación. Los videos, los audios, las fotos, el libro… todo, es una sola pieza", sostiene la artista visual.
[Nota: todas las fotografías son parte de la exposición 'Documentos extraviados: Niños de Chernóbil en Cuba' ]
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