Vista desde afuera, uno podría pensar que la vieja casona ubicada en el número 978 del jirón Camaná, en el centro de Lima, está abandonada. No es así. Desde hace años, la segunda planta de ese inmueble sirve como sede del Club de Ajedrez Fortaleza. Un refugio para experimentados y amateurs del deporte ciencia. El ímpetu de sus afiliados, sin embargo, contrasta con el deterioro de la infraestructura. Un escenario que expone, con cruda honestidad, la realidad del deporte nacional. El tiempo no perdona. A pesar de su nombre, el club no puede esconder las huellas del deterioro como las maderas apolilladas o los balcones descascarados. Tampoco puede impedir el paso del tiempo para sus principales protagonistas: adultos mayores que golpean sin cesar los relojes Fischer.

Fotos: Manuel Angelo Prado. 









Lee también:

El ajedrez nos llena de lauros: Deysi Cori se proclama campeona de América

Historias del ajedrez peruano