La relación entre Rusia y Turquía fue puesta a prueba por el violento asesinato del embajador ruso en Ankara, Andréi Kárlov, quien fue tiroteado en medio de un acto público en una galería de la capital turca, por un policía turco que gritó, al perpetrar el crimen, "no se olviden de Alepo, no se olviden de Siria".
Las imágenes que captó el fotógrafo Burhan Ozbilici, de la Associated Press, quien estaba en el evento de casualidad ("Decidí asistir simplemente porque estaba de camino a casa desde la oficina", según declaró), y su relato ( “Me llevó solo unos segundos darme cuenta de lo que había pasado: un hombre había muerto delante de mí”), han conmocionado al mundo y han desatado dudas sobre el impacto que podría tener en las complejas relaciones entre Rusia y Turquía. Incluso hay quienes temen que este hecho sea la chispa que desate un nuevo conflicto regional.
También hay otros sectores de la comunidad internacional que han expresado su preocupación sobre cómo el asesinato de Kárlov puede afectar las negociaciones del conflicto en Siria, donde Moscú y Ankara, junto con Irán, juegan un papel clave en la búsqueda de una solución a la guerra.
De hecho, este suceso ocurrió un día antes del encuentro agendado de ministros de Exteriores y Defensa de los tres países para hablar de la crisis siria, la cual desató enfrentamientos y tensiones entre Rusia y Turquía durante el último año y medio, y que tuvieron su punto más álgido tras el derribo de un caza ruso por parte de las fuerzas del gobierno de Ankara en noviembre del año pasado.
Primero fue el presidente de la Comisión de Seguridad de la Duma de Estado, el equivalente al Congreso ruso, Leonid Slutsky, quien descartó que las relaciones entre Moscú y Ankara se afecten; luego lo confirmaron, los mandatarios de ambos países, Vladimir Putin y Recep Tayyip Erdogan, quienes reaccionaron con rapidez calificando los hechos como un acto de "provocación" que tuvo la intención de "perturbar la normalización" de las relaciones entre ambos países.
Incluso, Erdogan afirmó este martes que mantuvo una conversación telefónica el lunes por la noche por su homólogo ruso, en la que se comprometieron a "reforzar la solidaridad", mientras que fuentes de la embajada rusa en Ankara sostienen que se podría tratar de un ataque de islamistas radicales.
Aunque las circunstancias del asesinato de Kárlov aún no están claras, el editor de noticias del servicio ruso de la BBC, Famil Ismailov, considera que el homicidio del diplomático "no cambiará la relación actual entre Rusia y Turquía". "Es más, es probable que se acerquen aún más", agregó el periodista.
"No, esto no es Sarajevo en 1914", dijo el columnista Mustafa Akyol, en su cuenta de Twitter, en alusión al asesinato del archiduque Francisco Ferdinando de Austria a manos de un nacionalista serbio que dio paso al comienzo de la Primera Guerra Mundial. Luego, citado por el diario The Washington Post, afirmó que "Ankara y Moscú no van a ir a la guerra. Muy al contrario, quizás incluso se acerquen", coincidiendo con Ismailov.
El fuerte personalismo de Putin y Erdogan
El incidente del caza ruso derribado en noviembre de 2015 en la frontera turca afectó de forma brusca las relaciones bilaterales, desde el comercio al turismo, y pasando por sanciones económicas costosas para Turquía que impuso Moscú.
En ese entonces, tras una negativa inicial, Erdogan ofreció las disculpas el caso a Rusia, como exigía el Kremlin por este hecho, y Putin ordenó retomar el diálogo con el fin de restaurar las relaciones. Luego, el respaldo del líder ruso tras el fallido golpe de Estado en Turquía, el 15 de julio pasado, contribuyó a estrechar los lazos entre ambos mandatarios. Putin fue uno de los primeros en llamar a Erdogan para manifestarle su apoyo.
Desde entonces, las relaciones entre ambos mejoraron de forma radical. De hecho, Erdogan se reunió con Putin en agosto en Rusia, en su primer viaje al extranjero luego del fallido golpe. El presidente turco incluso se refería a su par ruso como "mi querido amigo", según reportó entonces el diario The Guardian.
En esta cercanía contribuyó el hecho de que ambos tienen una visión similar del mundo y creen que los países occidentales los tratan de forma injusta. Además, ambos "consideran las relaciones personales más importantes que los vínculos intergubernamentales", dice Ismailov.
Además del fuerte personalismo de sus presidentes, Rusia y Turquía tienen también importantes intereses económicos, con un volumen de intercambio comercial de US$25.000 millones en 2015, según datos mencionados en el informe de Asli Aydintaşbaş, experta en Turquía del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores, un centro de análisis de política internacional.
Turquía es el segundo mercado de productos rusos después de Alemania, y el mercado turístico turco también depende en gran medida de los viajeros rusos.
¿Y el impacto en Siria?
Si bien la mayoría de expertos descartan que el incidente de Kárlov llegue a afectar las relaciones ruso-turcas, otra podría ser la historia en el caso de Siria. ¿La razón? Mientras Putin es uno de los pocos que apoyan al presidente Bashar al Assad, y de su supervivencia en el poder dependen los intereses rusos en ese país del Oriente Próximo, Erdogan es un feroz crítico de Al Assad desde el comienzo de la guerra civil, al punto de haber dicho en el pasado que es imposible que los sirios "acepten a un dictador que ha provocado la muerte de 350.000 personas".
"El hecho es que ambos países están en distintos bandos de una sangrienta guerra y aunque estén hablando entre ellos debido a que comparten intereses más amplios, tienen una propensión intrínseca para los problemas", sostiene el editor de Medio Oriente de la BBC, Jeremy Bowen.
Así, mientras que algunos observadores sostienen que la prioridad de Turquía en el conflicto ya no es acabar con el gobierno de Al Assad, sino evitar que se cree una zona de control kurda en el norte de Siria, otros ven probable que Rusia centre en Siria su respuesta al asesinato de su embajador.
"Creo que (los rusos) reaccionarán como hacen normalmente, que es redoblando su participación militar. Así que esto tendrá probablemente más repercusiones en Siria", dijo a la agencia AFP Domitilla Sagramoso, experta en seguridad y desarrollo en la universidad King´s College de Londres.
James Nixey, director del programa de Rusia y Eurasia en Chatham House, centro de estudios en Londres, cree que Moscú usará el ataque para decir que está en el mismo bando que Ankara en la lucha contra el terrorismo. Incluso cree que Putin podría intentar utilizar el asesinato de su embajador para ganarse el apoyo del presidente electo de EEUU, Donald Trump, a su política en Siria.
Lee también:
Ramiro Escobar: "Mientras haya guerra en Siria, atentados como el de Turquía seguirán" [VIDEOS]