Los hechos de violencia y disturbios que se registraron el jueves en la zona de Huaycán, en Ate, que provocaron la lamentable muerte de una persona inocente, generan preocupación y pero también dudas. De hecho, ya el presidente Pedro Pablo Kuczynski se pronunció sobre este tema y pidió investigar y esclarecer la muerte de María Eva Solano Marín, de 56 años, quien ni siquiera participaba de las manifestaciones.

¿Puede atribuirse este suceso solo a un ataque de histeria colectiva desatado a raíz de un rumor falso difundido en Facebook? Las redes sociales están inundadas de información falsa, y la irrupción de estas plataformas como un fenómeno social de nuestros tiempos ha reducido nuestro entendimiento colectivo de la verdad en muchos casos, pero con lo ocurrido en Huaycán hay elementos que no cuadran.

Primero, porque no hay que ser muy perspicaz para darse cuenta que la historia falsa que se difundió por redes sociales -la supuesta mafia que secuestra niños de la zona para robarles sus órganos en una camioneta- era absurda. Más absurda aún que la de los tristemente célebres 'Pishtacos'. No hay denuncias de este tipo y es imposible, como lo explicaron médicos, extraer órganos 'al paso', sin los equipos que se requieren para este tipo de procedimientos quirúrgicos, que además tienen una logística especial.

Y segundo, porque se trata de un montaje para distraer o crear miedo. Se usan con frecuencia, no solo en el Perú, sino en toda la región. En los 90, el fujimorismo hizo uso y abuso de los llamados 'psicosociales', con el fin de atacar y desprestigiar a quienes denunciaban sus tropelías. Para ello utilizaba la llamada 'prensa chicha', la que tenía mayor alcance popular. Ahora ya no es necesario 'comprar' medios. Para eso existen las redes sociales. Son más populares y tienen mayor alcance.

En ese contexto, ¿qué hay detrás de lo ocurrido en Huaycán el jueves último? La periodista Rosa María Palacios, en su blog, ensaya algunas respuestas:

"Lo sucedido en Huaycán, vistas las tomas de video, fue un ataque organizado y premeditado contra la comisaría. ¿Bombas molotov? ¿6 patrulleros y 16 carros particulares atacados? Y lo peor, una señora muerta por una bala perdida. Eso no es un ataque de histeria colectiva contra unos supuestos ladrones de órganos que no eran mas que dos encuestadores inocentes, víctimas de un turba. Eso esta montado y bien montado".

Y agrega algunos elementos a su análisis para reforzar su tesis de se trata de un psicosocial montado por expertos en agitación que tiene un fin político subalterno:

1. Si esto es un psicosocial, ¿qué se busca con él? Atacar a Carlos Basombrío, ministro del Interior, y culpar a la policía y políticamente a él, por esa muerte. Él es el principal perjudicado político. Si necesitaban una excusa para la censura, aquí la tienen.

2. Keiko Fujimori barrió Ate en votos con un 59.9% contra el 43.4% de PPK. Sería interesante tener sólo las cifras de Huaycán. En Ate, en primera vuelta, Fujimori llegó casi al 40% y su mas cercana adversaria, Verónika Mendoza tuvo menos de 20%. Las cifras de Ate permiten presumir que Huaycán dejó de ser hace tiempo un feudo de la izquierda para abrazar el populismo concreto del táper del fujimorismo. Casi 60% de Ate voto por el fujimorismo. ¿No tienen acaso bases activas ahí?

3. Los manifestantes entrevistados dijeron que los llamaron por los parlantes de sus zonas para ir a atacar la comisaría. ¿Quién maneja estos parlantes?

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