Los cubanos exiliados en Miami (Estados Unidos) expresaron su alegría en la calles de esa ciudad, tras conocerse la noticia de la muerte de Fidel Castro. La algarabía, de acuerdo al reporte de la prensa internacional, continuó esta mañana. 

Tomás Regalado, alcalde de la metrópoli, señaló a la agencia EFE que las celebraciones iniciadas anoche, donde los jóvenes también han sido protagonistas, son espontáneas y legítimas. 

La esposa del burgomaestre, Ana Cristina Carrodeguas, reveló que ha recibido llamadas desde Cuba. Sus compatriotas opositores a Castro -afirmó- están celebrando en privado. En Miami, por el contrario, las calles son testigos de la efervescencia cubana. Uno de los puntos de encuentro ha sido el restaurante Versailles, ubicado en la Calle 8, una vía que ha concentrado a los llamados disidentes. Muchos de ellos entonaron La Bayamesa, el himno nacional de Cuba compuesto en 1867 por Pedro Figueredo. 

"Llegó la hora. Dios no nos abandonó, pero nosotros tenemos que hacer nuestra parte. En Cuba hay muchos fidelistas, pero no hay ningún raulista. Se fue el Robin Hood, el niño lindo, y las fuerzas armadas deben proteger al pueblo, si no lo hacen son unos cobardes, pero yo creo que habrá sorpresas pronto", dijo  Luis Voldeán de 78 años al medio español. 

Esa sensación político-religiosa no solo es expresada con palabras, también con el cuerpo. Exiliados y exiliadas bailaron en las calles. Así, podríamos decir que 'Miami era una fiesta', parafraseando al escritor Ernest Hemingway, quien vivió y escribió en la isla caribeña. 

El movimiento corporal, sin embargo, no evita el recuerdo de las pérdidas humanas. Así lo siente, por ejemplo, Mayra Piloto:

 "Este señor tenía tantas muertes en sus manos, los fusilados, los que murieron en el mar intentando huir de la isla y todos aquellos que murieron en el exilio". 

La juventud tampoco es ajena a la muerte de Fidel Castro. Óscar García (22 años) sabe que su satisfacción no tiene la magnitud que la de sus mayores, pero quiere expresar su alegría: 

"Lo sentimos como algo nuestro, y sabemos que aunque no es todo, la muerte de Fidel va a suponer un cambio, no como el que quisieran los cubanos, pero todo es posible, sobre todo hoy", manifestó el cubano que llegó hace 11 años a Miami. 

Si en Cuba se ha decretado nueve días de duelo, en la ciudad estadounidense se ha dado inicio a una celebración que, seguramente, se extenderán por varios días y aunque los cubanos exiliados saben que no habrán cambios políticos significativos en el corto plazo, ya empezaron a practicar una nueva forma de despedirse entre ellos: "Nos vemos en Cuba". 

[Foto de portada: EFE]

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