El 2015 marcó un punto de inflexión respecto al calentamiento global, porque en ese año se registró la concentración de dióxido de carbono (CO2) más alta en el planeta en toda la historia, según alertó este lunes la Organización Meteorológica Mundial (OMM).

Esto marca una nueva era en la Tierra, porque por primera vez se ha superado la cifra de 400 partes por millón (ppm) de CO2, el principal gas de efecto invernadero, lo que hace que el cambio climático sea cada vez más irreversible, al punto de que podría frustrar el objetivo del Acuerdo de París: que la temperatura global no suba más de dos grados a finales de siglo. Esto por la alta concentración de dióxido de carbono en el ambiente.

Así lo reconoció el mismo secretario general de la OMM, Petteri Taalas, en una nota del organismo.

"El año 2015 marcó el inicio de una nueva era de optimismo y acción climática con el acuerdo de París sobre el cambio climático. Pero también hará historia por marcar una nueva era del calentamiento global con la realidad de este récord en la concentración de gases de efecto invernadero".

¿Por qué el CO2 es tan devastador?

El dióxido de carbono permanece en la atmósfera durante milenios y aún más en los océanos. "Si no atajamos las emisiones de CO2, no podemos luchar contra el cambio climático ni mantener el ascenso de la temperatura por debajo de los dos grados respecto a la de la era preindustrial", advirtió Taalas. Para hacernos una idea de la gravedad del tema, quizá este dato ayude: en los inicios de la Revolución Industrial había 278 ppm en la atmósfera. Ahora ya superamos los 400 ppm.

La cantidad de CO2 en la atmósfera se había mantenido cercana a las 400 ppm. en la última década, pero sin superarlas. Lo que acicateó la situación y marcó el punto de quiebre fue el impacto del fenómeno El Niño, que a mediados del 2015 alcanzó sus niveles máximos, según los climatólogos de la agencia estadounidense NOAA.

Ese fenómeno, que provocó grandes sequías en amplias zonas tropicales, redujo la capacidad de las selvas para absorber CO2, lo que sumado a la creciente quema de combustibles fósiles, primero carbón y luego petróleo, alteró el balance natural que había en la Tierra entre la atmósfera, los océanos y la bioesfera. Y todo apunta que ya no hay marcha atrás.

El otro efecto del cambio climático

La FAO acaba de alertar además que la situación del calentamiento global siembra dudas  sobre la disponibilidad de alimentos. ¿Qué significa esto? Que en el futuro pude haber un aumento del hambre y de la pobreza en el mundo si no se toman medidas urgentes.

El cambio climático amenaza también con acentuar la volatilidad de los precios de los alimentos básicos, que "ya están pagando todos, y no solo los que están sufriendo las sequías", según dijo José Graziano da Silva, director general de la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

De hecho, ya diversas estimaciones señalan que para 2030 podría haber entre 35 y 122 millones de personas más sumidas en la pobreza por el impacto del cambio climático en comparación con un futuro sin dicho fenómeno.

También se calcula que la demanda mundial de alimentos en 2050 aumentará al menos en un 60% por encima de los niveles de 2006. ¿La razón? El crecimiento de la población y la rápida urbanización. Incluso, el informe bienal de la FAO sobre el estado mundial de la agricultura y la alimentación alerta de que un descenso en la producción agrícola derivaría en la escasez de alimentos, afectando todavía más a regiones expuestas como África subsahariana o Asia meridional.

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