Este jueves 20 de octubre habrá un plantón frente al Ministerio de Salud (Minsa) en el distrito limeño de Jesús María liderado por un grupo de madres peruanas y de un sector de la ciudadanía que buscan que se regule la producción del cannabis medicinal en el Perú, para tratar a los pacientes con enfermedades neurológicas.
A un día previo del evento, LaMula.pe conversó con Dorothy Santiago, la madre de Rodrigo, un niño que tiene esclerosis tuberosa y síndrome de Lennox. Ella es parte del colectivo Buscando Esperanza, un grupo de madres que han encontrado esperanza en la marihuana como una vía para mejorar drásticamente la calidad de vida sus hijos.
"Nos agrupamos con la intención de aprender más sobre la planta y entre todas organizarnos para ser visibles ante el gobierno y autoridades y también para cultivar y aprender todo referente a ello. Porque creemos que es el único camino, el camino más viable", nos dice.
Y es que para las madres que tienen hijos con epilepsia refractaria -que generan resistencia al tratamiento médico- la importación de productos no solo cannábicos tiene una serie de barreras. Entre ellas, cuenta Santiago, están los altos precios, así como los problemas en Aduanas. Por eso es que Buscando Esperanza tiene como meta conseguir que las mismas madres puedan cultivar el cannabis y procesarlo.
"Nuestros hijos, al ser refractarios, también se vuelven refractarios al cannabis. O sea, yo le doy a mi hijo una cepa, le podría ir genial de dos a tres meses, luego ya no le resulta y debo cambiarle de cepa. Es por ello que la importación no va. Importar un Charlotte [extracto de cannabidiol (CBD)] por frasco te cuesta casi S/1,000, es demasiado costoso. A muchos no les funciona por ser solo CBD. Niños con lesiones en su mayoría necesitan tetrahidrocannabinol. Mi hijo necesita de ambos por ejemplo".
Dorothy cuenta que han recibido asesorías, en materia de producción y extracción, de Mamá Cultiva y Fundación Daya de Chile, Mamá West y un grupo de madres de Arica. Recordemos que en el país del sur existe ya una regulación estatal que permite la producción de cannabis medicinal. "La idea es probar todas las cepas. Cada madre va conociendo el camino que debe seguir con la prueba. Va viendo qué es lo que le hace mejor a su niño. Y sobre cepas y extracciones, claro que sabemos. Las madres quieren cultivar su medicina, cada día que pasa es más deterioro", sostiene.
Críticas
Quienes apuestan por la legalización o regulación del cannabis medicinal -no solo en el Perú- han sido blanco de críticas y comentarios de todo tipo, sea de carácter moral o con tonos alarmistas. De entre toda esa ola de juicios en contra de las iniciativas como las de estas madres peruanas, está aquella que sostiene que ante todo se basan en testimonios y no en evidencia científica. Ella lo tiene bien en claro:
"Dicen y dicen y no hacen nada. Nosotros lo vemos en nuestros hijos. Los vemos en los hijos de las demás madres. Son casos anecdóticos pero son nuestros casos. ¿Qué fin tienen nuestros hijos? Terminar postrados, sondeados, incapaces incluso de deglutir. Las convulsiones se llevan todo. Si encuentras algo que cambie eso, que los haga verte, que los haga volver a la vida, ¿por qué vamos a dejarlo?, ¿por qué a la gente no les parece? Son nuestros hijos, es el dolor de ellos y nuestro dolor", afirma.
Otras de las críticas que reciben estas propuestas es que esto es más bien un pretexto para liberalizar el uso y producción de marihuana, un pretexto para los que la usan para fines recreativos.
"Por años nos han hecho creer que el cannabis es malo, que mata neuronas, que es adictivo. Si es así, entonces, cómo es que logra conectar a nuestros hijos, cómo es que nuestros hijos mejoran su calidad de vida. Hemos crecido con ese chip lamentablemente. Las que estamos pidiendo que volteen a vernos somos las madres, las madres que perdimos toda esperanza y hoy la encontramos en el cannabis. Que se nos registre, que se verifique que nuestros hijos padecen los males que referimos, pero que no nos prohíban plantar, porque es la medicina de nuestros hijos. Si fuera tu hijo y lo probaste todo, estoy segura de que también lo harías".
La mamá de Rodrigo junto con las otras madres han enviado ya una carta a la ministra de Salud; también han dejado una carta al Congreso de la República en la que explican su situación y la de sus hijos. Esperan, por otro lado, registrar legalmente Buscando Esperanza con el fin de tener una base formal para ayudarse y defenderse. "Por ahora somos solo un movimiento de madres, y sabemos que esto tardará hasta años y no podemos esperar", nos dice.
(En la foto de cabecera Dorothy y su hijo Rodrigo / foto: Dorothy Santiago)
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