El primer anuncio de la conservadora Theresa May como primera ministra del Reino Unido fue que el nuevo canciller será el polémico Boris Johnson, uno de los principales promotores de la salida de Reino Unido de la Unión Europea (UE), el llamado Brexit.
Fue una decisión que causó sorpresa a más de uno, porque si algo ha marcado la trayectoria de este político también conservador en los últimos años es su estilo poco 'diplomático'.
Por ello, las reacciones a su designación para que esté al frente de una de las mayores maquinarias de diplomacia del mundo, la Foreign Office, no han sido buenas.
"En Alemania, el líder del partido PSD, Ralf Stegner, consideró que la designación de Johnson parece ser una 'muestra de debilidad' de la primera ministra Theresa May. El líder del Partido Verde, Simone Peter, dijo que no es buena señal", según relata la BBC.
Jhonson convirtió la columna semanal que escribe para The Daily Telegraph en una tribuna para lanzar insultos a los líderes de países como Estados Unidos y Alemania, con los el Reino Unido mantiene importantes relaciones.
En la campaña por el Brexit, Jhonson comparó a la UE con la Alemania Nazi; de Barack Obama dijo se oponía al Brexit debido al rencor que supuestamente sentía hacia el imperio británico por ser de padre keniano; además, sostuvo que Hillary Clinton parecía "una enfermera sádica en un hospital psiquiátrico"; y describió una reciente acción de Angela Merkel como “vomitiva”.
Así se refiere Jhonson a los líderes de países amigos y con las autoridades de las naciones no tan cercanas es aún peor: al ruso Vladimir Putin lo llamó “elfo” y “un manipulador y despiadado tirano”; al presidente de Turquía, Recep Tayyit Erdogan, lo calificó como un "gran masturbador" en un poema que escribió hace solo dos meses.
Así, el reconocido periodista y escritor británico Jhon Carlin, en su columna de opinión en El País, se preguntó, con razón: "¿Cómo es posible que May, hija de un cura anglicano y con fama de ser una mujer sensata, se le ocurrió elegir al bufón de la corte para un papel ministerial que por antigua tradición exige un máximo de sutileza y sobriedad?".
Y el mismo Carlin se responde: "Una razón para creerlo es que en la práctica Johnson será una especie de embajador itinerante que se verá obligado a humillarse ante líderes extranjeros, pidiéndoles perdón por sus ofensas; que tendrá que sentarse a oír interminables discursos en capitales extranjeras, sonreír y portarse bien en fiestas con gente que él encontrará tremendamente aburrida".
El periodistas además esboza otra posible explicación al nombramiento de Johnson. "Lo quiere tener bajo control, domesticado y castrado (...) prefiere tenerlo 'dentro de la carpa meando hacia afuera que afuera meando hacia adentro', como explicó el astuto presidente estadounidense Lyndon Johnson cuando nombró a un enemigo como jefe del FBI", señala.
(Foto de cabecera: EFE)
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