El 16 de este mes, el Congreso de la República aprobó la Ley de Promoción de los Puntos de Cultura que abre la puerta a reconocer, articular, promover y fortalecer a la organizaciones que, desde el arte y la cultura, logran una incidencia positiva en sus comunidades. 

Curiosamente y salvando las grandes diferencias, el mismo parlamento que ha rechazado una y otra vez leyes a favor del derecho de las mujeres a decidir sobre sus cuerpos (legalización del aborto) o el derecho de las personas a contraer matrimonio con las personas que aman sin importar su orientación sexual (matrimonio igualitario), aprobó el proyecto de ley con 73 votos a favor, uno en contra y una abstención. 

Para una agenda legislativa en la que se suele priorizar siempre otros temas, la aprobación en sí ya resulta un hecho histórico. Sin embargo, más histórico aún es el debate que se llevó a cabo previamente, en el que distintos congresistas reconocieron, de distintas maneras, el potencial que tiene la cultura y las artes para el desarrollo del país y el error de no darle más cabida a propuestas legislativas de este tipo. 

Aún más particular resultó cómo la congresista fujimorista Martha Chávez, la única que se opuso al proyecto, se vio sola y acorralada ante un congreso que le rebatió cada uno de los cuestionamientos que presentó. 

Ya la Comisión de Cultura y Patrimonio Cultural en el Dictamen 37 había escrito un párrafo inusual para nuestra política en el que afirmaba que las organizaciones de Puntos de Cultura contaban con "metodologías validadas" y que habían "demostrado contribuir a elevar la calidad de vida de poblaciones vulnerables". Así como que la aprobación de ley contribuiría a "los objetivos del gobierno nacional, que ponen en primer lugar el desarrollo integral y bienestar de las ciudadanas y ciudadanos, así como la mejora de la convivencia social". 

Una vez que el proyecto llegó al Congreso, fue el turno de Chávez quien abrió el debate confesando que era la primera vez en su vida -"que ya es bastante larga", agregó ella misma- que escuchaba "esto de los Puntos de Cultura". Le preocupaba, dijo, que los antecedentes de otros países no tuvieran más de cinco años. 

Pero la congresista hizo énfasis en dos puntos en particular. Insistió en que no debía reconocerse a organizaciones informales y en que se trataba de una ley "muy peligrosa" porque se podrían filtrar grupos terroristas. 

"Yo voy a formar un grupete de 3, 4 o 5 personas, me pongo a tocar guitarra ¿y ya es un punto de cultura? No, yo creo que esto va en contra de la dinámica de formalizar. 
Un centro cultural, señor presidente -los verdaderos centros culturales, por supuesto- están registrados en su formalidad, tienen hasta su planilla, su reconocimiento, tiene su registro público.
Acá estamos dándole patente de existencia (...) a organizaciones que no tienen ningún principio de formalidad. 
(...) Es muy peligroso. Inclusive puede haber instituciones que se dicen culturales y hemos visto hasta con fines inconfesables y que desarrolla estos seudoteatros populares. Sendero Luminoso los tenía"

Y cerró su primera intervención diciendo: 

"Creo que no hay ningún centro cultural valioso, con influencia buena, que no tenga un principio de formalidad". (...) Yo no le veo utilidad, lo veo muy peligroso". 

Luego le tocó el turno al congresista Manuel Dammert (Acción Popular-Frente Amplio) que destacó la experiencia del programa tanto dentro como fuera del país y los beneficios que trae para la relación entre el Estado y la sociedad civil. "No se puede reducir la cultura a los aparatos burocráticos", dijo en referencia a los planteamientos de Chávez. Y siguió: 

"La cultura es la esencia de la vida de una Nación y la esencia de la vida de una nación está en todos los sectores y está en diversas formalidades. (...) No necesitan autorización para existir, se reúnen y funcionan, están en todas las festividades culturales que hay en el Perú, reconocidas o no reconocidas", dijo. 

Luego tildó de "fantasmas" a los miedos de Chávez y agregó: 

"Aquí lo que hay que hacer es incorporar con toda fuerza a esos puntos de cultura en esta nación pluricultural, con su promoción, con su actividad y con su importancia y eficacia en conseguir una mayor unidad y cohesión de los peruanos en torno a los objetivos de la patria".  

El congresista Sergio Tejada (Dignidad y Democracia) dijo que deseaba que el proyecto se apruebe por unanimidad y le dijo a Chávez: 

"Lo que hace este proyecto de ley es (...) buscar la sinergia con el Estado para poder proporcionar capacitación, asistencia técnica para ese proceso de formalización que le preocupa a la congresista Chávez". 

Hasta el congresista Virgilio Acuña (Alianza para el Progreso), acusado de haber plagiado su tesis, explicó cómo el proyecto ayudaría a combatir los problemas "peligrosos" con los que la parlamentaria fujimorista insistía: 

"Toda la criminalidad, toda la delincuencia está relacionada con la cultura. Si nosotros desarrollamos, si nosotros invertimos en la cultura, vamos a ir disminuyendo los desórdenes que tenemos a nivel de nuestra juventud, a nivel de escolares, a nivel de los universitarios, por eso es tan importante este proyecto de ley" 

Jaime Delgado ( Dignidad y Democracia) luego diría que "la cultura es esencial en una nación. Es la base para el desarrollo de una sociedad humanizada" y que estaba "absolutamente de acuerdo con este proyecto". Pero Chávez cuestionaría otra vez: 

"¿Quiénes podrían ser y son hoy esos puntos de cultura que merecen ser registrados, reconocidos al lado de entidades con mucho lustre, con mucha formalidad, con todos sus papeles en regla, para que se haga hasta una red de punto de cultura?"

Daniel Abugattás (Partido Nacionalista) le nombraría a Bola Roja, a D1, a Arenas y Esteras. Tejada agregó los nombres de La Tarumba, el Grupo Chasqui, la Red de Asociaciones Folclóricas de Villa El Salvador. Por su parte, el congresista Hugo Carrillo también se sumó a lista: Qosqo de Arte Nativo, Asociación de Tunanteros del Centro, Asociación Jauja. 

El congresista Cristóbal Llatas Altamirano (Partido Nacionalista) recordó que ya el Ministerio de Cultura ha reconocido 242 organizaciones en 22 regiones. 

Pero Chávez, una vez más, no estaría de acuerdo: 

"Bola Roja, por favor. Wendy Ramos es una destacada claun, y una persona que estoy segura que hasta emite factura, boletas y todo eso; lo mismo los talleres de Vania Masías, no son organizaciones informales. Yo me pregunto, punto de cultura puede considerarse a ese muralista simpatizante del Movadef que hizo los murales y fue pagado por la señora Villarán, haciendo unos murales absolutamente criticables. (...) Puede haber un dirigismo, un intervencionismo, inclusive, una ideologización". 

Abugattás solicitó una interrupción y, con la ironía que lo caracteriza, le respondió: 

"También están llamando a Factor K, que están pidiendo que se apruebe esta ley, señora Chávez. ¿Se acuerda de Factor K? Yo no creo que ustedes le vayan a dar la espalda a Factor K. No les puede dar la espalda, por más que esté molesta con Keiko". 

Como se recuerda, fue el dinero entregado a Factor K por parte del partido Fuerza Popular el que casi deja fuera de la carrera electoral a Keiko Fujimori

Y el debate lo terminaría Rosa Mávila (Acción Popular - Frente Amplio)

"Hay quienes pretenden que la cultura tiene que tener personería jurídica y eso tiene una visión discriminatoria. ¿Por qué? Muchas organizaciones que producen cultura, ni siquiera conocen la posibilidad de la viabilidad de constituirse en persona jurídica y requieren, necesariamente, ser promovidas para crear una verdaderas cultura de integración y de paz. (...) En materia de gastronomía, por ejemplo, no solo se trata de Gastón (Acurio)".

Finalmente, Chávez sería la única que votaría en contra de la nueva Ley de Promoción de Puntos de Cultura

Cabe recordar que esta congresista ya no formará parte del Congreso de la República en el siguiente gobierno. 

Puedes ver el debate completo en los siguientes videos, a partir del minuto 13:30 del primero: 



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