El Reino Unido decidió salir de la Unión Europea (UE) en el referéndum de ayer jueves 23 de junio con un 51,9% de votos (17,41 millones) a favor de abandonar la Unión Europea (Brexit), frente a un 48,1% (16,14 millones) por la permanencia. El primer ministro británico, David Cameron, ya anunció su dimisión.  

Por regiones, la permanencia en la UE solo ha conseguido victorias claras en la ciudad de Londres, Escocia e Irlanda del Norte. Por el contrario, en el resto de Inglaterra y en Gales los partidarios de la salida han sido mayoritarios.  


¿Quiénes celebran?

Nigel Farage, el histriónico líder del partido de ultraderecha UKIP y que lleva 20 años pidiendo dejar la Unión, ha declarado hoy como el "Día de la Independencia", resalta el diario El Economista. De hecho, es el gran vencedor del referéndum junto a Boris Johnson, el conservador ex alcalde de Londres y compañero de partido de Cameron, del que se dice que incluso podría ser el próximo primer ministro.

La ultraderecha europea ha celebrado el resultado y desde Francia, Países Bajos e Italia ya han pedido consultas sobre la pertenencia a la UE en sus respectivos países. "¡Victoria de la libertad!" ha vitoreado en redes sociales la francesa Marine Le Pen. Donald Trump también ha aplaudido el resultado, destacando que los británicos "han recuperado su país".


Proceso largo

Una de las grandes incógnitas es el grado de preparación de Reino Unido para un proceso que podría llevar años, puesto que el propio primer ministro había asegurado públicamente que no había "plan B". Tras jugarse su credibilidad a la carta de una apuesta que, según él, haría al "más fuerte y más seguro", Cameron ha sido la primera víctima de una votación que ha puesto del revés a los mercados globales.

Aunque el Tratado de Lisboa establece las pautas de este procedimiento en el artículo 50, el primer movimiento ha de partir del estado miembro, que debe notificar a la UE su deseo de abandonar. De hecho, Londres no está obligado a proceder inminentemente (y Cameron lo ha dejado en manos del próximo primer ministro), es más, los partidarios de romper con Bruselas han manifestado ya su preferencia por aguardar, puesto que, pese a meses de campaña, la fórmula que regiría sigue siendo una incógnita. Así será el paso a paso de la salida de la Unión Europea.

Los plazos, a priori, están marcados, si bien los dos años establecidos en la normativa comunitaria podrían ampliarse siempre que lo autoricen los otros veintisiete socios. Expertos en Derecho europeo creen que, dada la complejidad, las negociaciones podrían llevar hasta una década y los propios defensores del divorcio asumen que, como mínimo, serían necesarios cuatro años.

Amenaza interna

Ahora Reino Unido afronta una amenaza a la supervivencia dentro de sus fronteras, ya que en Escocia un 62% de los votantes se manifestaron a favor de seguir en la UE, lo que seguramente generará presión para un nuevo referéndum sobre si convertirse en una nación independiente.

De hecho, los principales líderes del SNP, el partido nacionalistas escocés, ya han avisado que con el Brexit pedirán una nueva consulta por la independencia. Otro problema en el horizonte es Irlanda del Norte, donde ha ganado la permanencia y el viceprimer ministro, Martin McGuiness, ya se ha apresurado a pedir un referéndum sobre una posible unión con Irlanda.


Efectos económicos

Dejar la UE podría costarle a Reino Unido el acceso al sistema de mercado único sin barreras y significaría que debería buscar nuevos acuerdos comerciales en todo el mundo. Obama dijo que Gran Bretaña estaría "al final de la fila" para un pacto con Estados Unidos.

La UE quedará debilitada económica y políticamente, enfrentando la salida no sólo de uno de los miembros que ha defendido con más fuerza las políticas de libre mercado, sino también un país con derecho a veto en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y con un Ejército poderoso. El bloque perderá de golpe cerca de un sexto de su producción económica total.

Se espera que Cameron informe formalmente el resultado a sus homólogos europeos dentro de pocos días y que prepare las negociaciones para la primera salida de un Estado miembro de la UE. El líder británico convocó el referendo en 2013 en un intento por reducir la presión de los euroescépticos locales, incluidos algunos dentro de su propio partido. Inicialmente considerada como un triunfo fácil, la votación ha puesto su futuro político en riesgo.

 

(Foto: www.theglobeandmail.com)


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