Hace poco más de un año en su discurso inaugural ante el Parlamento británico, Isabel II confirmó que se llevaría a cabo el referéndum propuesto por el entonces recién reelegido primer ministro David Cameron para que los ciudadanos decían si permanecía o no dentro de la Unión Europea.
"Se introducirán leyes para convocar un referéndum de pertenencia a la Unión Europea antes de fines de 2017", señaló la soberana en el breve discurso que anualmente dirige a los británicos desde la sede de la representación política del reino.
La reina dijo entonces que Cameron renegociaría la relación del Reino Unido con la Unión Europea y buscaría la reforma del bloque. Finalmente ha sido la consulta popular la que el último jueves ha manifestado la voluntad más radical de sus súbditos: abandonar la unión definitivamente.
Hace solo unos días causó un enorme revuelo mediático el pedido que Isabel II le habría hecho a sus invitados durante una cena: darle tres razones por las que el Reino Unido no debería 'independizarse'.
La infidencia fue hecha por su biógrafo Robert Lacey y se convirtió en portada de varios tabloides como The Sun a solo un día del referéndum.
Lacey sin embargo se vio forzado a matizar sus declaraciones debido a lo delicado del tema y las críticas que generó el que la jefa de Estado dejara de lado su neutralidad en términos políticos.
"A la reina le gusta siempre tener un debate saludable alrededor de la mesa. Se trató simplemente de una pregunta".
A través de un portavoz, desde el mismo Palacio de Buckingham se buscó poner paños fríos a la situación en la misma línea de la neutralidad.
"La reina está por encima de la política y actúa siguiendo el consejo del Gobierno en los asuntos políticos. El referéndum es una cuestión que tendrán que decidir los británicos".
Pero no fue la única vez en que desde la monarquía tuvieron que aclarar las probables posturas de Isabel II frente al brexit. En marzo pasado el mismo The Sun señalaba que esta se encontraba a favor de salir de la Unión Europea.
"Esta mañana hemos escrito al presidente de la Organización Independiente de Estándares de la Prensa para registrar una queja", se informó entonces desde Buckingham.
Una aclaración que calmó las aguas ya que incluso hasta el mismo viceprimer ministro Nick Clegg, calificó como un disparate el que el tabloide se basara en una supuesta conversación que la soberana tuvo con él manifestándole que la Unión Europea estaba yendo "en la dirección equivocada".
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