Durante la madrugada de este miércoles, el gobierno colombiano y la guerrilla de las FARC anunciaron un acuerdo de alto al fuego bilateral y definitivo, el primer paso para ponerle fin a uno de los conflictos internos armados más largos de la historia, el mismo que dejó su huella en varias generaciones y trajo como resultado millones de víctimas afectadas y pérdidas materiales. 

La ceremonia que oficializará la paz entre ambos bandos se realizará hoy en La Habana, y contará con la presencia del presidente de Colombia Juan Manuel Santos y el líder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FARC), más conocido como 'Timoleón Jiménez' o 'Timochenko'. 

Es de esta manera que luego de más de 50 años de sangrientos enfrentamientos, la lucha armada más antigua de América tendrá su desenlace dejando más de 200.000 muertos, 45.000 desaparecidos y más de 6 millones de desplazados a las ciudades desde que comenzaron las hostilidades en 1964.

Frente a este histórico suceso, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, dijo que estará presente para ser testigo de la firma del convenio, así como los mandatarios de Cuba, Venezuela y Chile, garantes del proceso de paz que lleva realizándose en La Habana desde hace más de tres años.

El anuncio fue realizado en Cuba por medio de un comunicado conjunto leído por un representante del gobierno y un portavoz de la guerrilla, el cual aseguró que ambas partes llegaron 'con éxito al acuerdo para el cese al fuego y de hostilidades bilateral y definitivo'. 

El documento también dio cuenta sobre el abandono de las armas por parte de las FARC, seguridad para los rebeldes y activistas de izquierda que quieran inmiscuirse en política y medidas para hacerle frente al paramilitarismo. 

El texto también informó sobre un convenio para el abandono de las armas por parte de los guerrilleros, seguridad para los rebeldes y activistas de izquierda que quieran hacer política y medidas para detener el paramilitarismo.

Sin embargo, aún quedan temas pendientes para negociar como la desmovilización y el soporte jurídico y legal de los acuerdos para que los mismos no sean reformados por un gobierno posterior ya que el mandato de Santos termina en agosto del 2018. 

Cabe indicar que el Consejo de Seguridad de la ONU está listo para supervisar y verificar el cese bilateral del fuego, incluyendo el abandono de armas por medio de una misión política aprobada por el organismo en enero pasado. Se sabe que las tareas durarán aproximadamente un año, con posibilidad de extensión si así lo requiere alguna de las partes.  

El gobierno y la guerrilla

A medio día del miércoles, luego de la lectura del comunicado conjunto, el presidente Santos se pronunció por medio de su cuenta de Twitter:

"¡Mañana (hoy) será un gran día! Trabajamos por una Colombia en paz, un sueño que comienza a ser realidad. #SíALaPaz".

Asimismo durante esta semana anunció que espera tener el acuerdo de paz completo para el 20 de julio, cuando el país celebre el Día de la Independencia. 

Para esta fecha, Santos confía que se haya aprobado la celebración del referendo, una consulta que ha prometido a los ciudadanos para refrendar el acuerdo, y que estén listos los mecanismos jurídicos para aplicar los pactos.

Frente a estas declaraciones, el representante de las FARC, alias Timochenko, dijo en su cuenta de Twitter:

“Creo que las dos partes queremos terminar lo antes posible para poder empezar a implementar. No quiero dar fechas porque siempre se le devuelven a uno con gran fuerza. La práctica ha demostrado que fijar fechas le hace daño al proceso, más cuando no es un acuerdo… aunque avanzamos aún falta pelo pa'l moño”.

Cabe indicar que el 23 de septiembre pasado, Santos y Timochenko fijaron la paz para el 23 de marzo del 2016, una fecha que se vio aplazada puesto que las negociadores reconocieron que aún no habían resuelto varios puntos importantes de la agenda de negociaciones. 

El comunicado

El documento leído este miércoles especifica también que el fin de la guerra implica 'la lucha contra las organizaciones criminales responsables de homicidios y masacres o que atentan contra defensores de Derechos Humanos, movimientos sociales o movimientos políticos'.  

En otras palabras, hace referencia al rol de las organizaciones criminales, sucesoras del paramilitarismo, un tema que ha sido el responsable de retrasar la negociación puesto que las FARC exigen que se garantice su seguridad para que no se vuelve a producir un nuevo exterminio como el que sufrió el partido de izquierda Unión Patriótica durante los ochenta y noventa. 

Si se llega al alcanzar un acuerdo final perecería el último gran movimiento armado de América Latina, aunque aún quedaría operando el Ejército de Liberación Nacional, una pequeña guerrilla que se ubica en algunas áreas del país, aunque Santos ya ha adelantado algunos acercamientos para firmar la paz con la agrupación. 

(Con información de larepublica.pe)

(Foto de cabecera: Reuters)