Aunque la oposición venezolana confiaba en que una nueva manifestación, como la ocurrida hace quince días frente al Consejo Nacional Electoral (CNE), aceleraría el trámite del referéndum para revocar a Nicolás Maduro, esta vez no le funcionó la estrategia. 

Y es que los técnicos el CNE aún continúan revisando los cerca de 1,8 millones de firmas entregadas por la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) y espera tomarse los 30 días que dura el proceso según las normas. Ante esta situación, los principales dirigentes de la oposición han convocado a marchar hacia las sedes del Poder Electoral en todo el país para ejercer presión sobre los rectores. En ese sentido, el secretario ejecutivo de la MUD, Jesús Torrealba, indicó:

“Será una manifestación pacífica. Queremos que se respeten los lapsos de la consulta”.

El chavismo, que considera al centro histórico de Caracas, donde se ubican las instalaciones del CNE, como su territorio, esperará a sus detractores en las cercanías con una protesta convocada para rechazar la aprobación de una ley que otorga la titulación de las casas y apartamentos que entrega Gran Misión Vivienda Venezuela, uno de los proyectos asistencialistas más exitosos de Hugo Chávez. Sin embargo, la oposición estima que en realidad se trata de una  excusa para evitar que entren en un lugar casi sagrado para ellos. 

Es así que la jornada se presenta como complicada y evoca los peores recuerdos de la violencia política acontecida en los últimos 17 años. Por parte de los opositores, existe la necesidad de buscar una salida política rápida a la crisis que afecta el país, aunque el oficialismo insiste en que se respeten los lapsos y así dilatar lo más posible el referéndum. 

A toda esta situación también contribuye la militarización de amplias zonas de Caracas, especialmente en el suroeste, donde se ubican los barrios más pobres y violentos. Maduro ha ordenado operativos conjuntos entre la policía y los militares para intentar reducir la criminalidad. El saldo es de nueve fallecidos y más de 1.136 detenidos. 

Este hecho ha puesto el alerta a los organizadores de la marcha opositora, quienes buscan otras maneras de tomar la calle para denunciar la lentitud del CNE y así evitar los enfrentamientos con las fuerzas del orden. Frente a ello, el excandidato a la presidencia y principal promotor del referéndum, Henrique Capriles, recomendó a sus seguidores que caminen por las veredas para no chocar con los militares. 

Cabe indicar que la marcha no cuenta con la aprobación del alcalde del municipio Libertador, Jorge Rodríguez. Y es que el funcionario representa los intereses de Maduro y además fue quien pidió revisar las firmas presentadas por la MUD y dijo que 'no es posible organizar un plebiscito en lo que resta del 2016'.

Para la oposición es muy importante que la elección tenga lugar este año puesto que a partir de enero del 2017, Maduro cumplirá cuatro años en la presidencia y en el caso de que pierda en el referéndum, su vicepresidente, leal a él, culminaría el período. En el caso contrario, si la oposición gana antes de este cuarto aniversario, se convocaría a nuevas elecciones para elegir a un sucesor. 

Esta posibilidad se presenta como muy remota puesto que apenas está empezando un complejo proceso lleno de trabas. 

La oposición creía que, una vez que se consignaran las firmas, el CNE se tomaría cinco días, que terminaron este lunes 9 de mayo, para revisar las  planillas y llamar a todos aquellos que firmaron. Sin embargo, las autoridades quieren esperar que se terminen los 30 días establecidos por norma para completar el proceso. 

La MUD necesita de casi 197 mil rúbricas para avanzar hacia la siguiente etapa del revocatorio, un evento en el que el 20% de los inscritos en el Registro Electoral pedirán una nueva elección que decida su Maduro debe permanecer o no en la presidencia de Venezuela. 

(Con información de elpais.com)

(Foto de cabecera: lapatilla.com)