Con un artículo cuyo titular rezaba 'Bella, recatada y del hogar', la revista brasileña Veja presentó a Marcela Tedeschi Araújo Temer, la esposa del vicepresidente Michel Temer quien podría ser el nuevo presidente del país si el proceso de destitución contra Dilma Rousseff prospera en el Senado. En ese caso, Marcela sería la nueva Primera Dama.

El perfil desató la furia de las feministas en Brasil puesto que describió a la joven de 32 años como una bonita y púdica ama de casa. Es así que Marcela Temer pasó a convertirse en el principal asunto de debate en los medios y redes sociales brasileños: Millones de mujeres cambiaron sus fotos de perfil de Facebook con imágenes en las que se mostraban en acciones más osadas, haciendo gestos obscenos o en labores consideradas menos femeninas como utilizando un taladro. Asimismo el hashtag #BelaREcatadaEdoLar fue tendencia en las redes.

En ese sentido la filósofa Márcia Tiburi, en entrevista con el portal Jornalistas Livres, consideró a Marcela como una mujer 'sin expresión y sin gracia':

"Marcela Temer sería, según un modelo antiguo, la mujer ideal, la primera dama ideal. Ella aparece para valorizar como una prótesis estética la imagen desteñida del vicepresidente Temer".

Lo que se sabe de la esposa del polémico vicepresidente es muy poco, al margen de un par perfiles en Internet, de las fotos durante las dos investiduras de Rousseff y de la información que comparte en las redes sociales, donde aparece con su hijo o ejercitándose en caminatas con su madre, hermana y cuñado. 

Son pocas las fotos donde se la ve con su esposo, un abogado con 30 años de carrera política y de discreta expresión en las urnas. 

Marcela es 43 años menor que Michel Temer. Lo conoció durante una convención del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) en Paulinia, la ciudad donde nació. Ella tenía tan solo 19 años y una corta carrera como modelo en la que sus mayores logros fueron obtener el segundo lugar del Miss Paulinia y mismo vicecampeonato como Miss Campinas y luego Miss San Pablo. 

Su primera cita con Temer, quien fue su primer novio, terminó con un beso y una propuesta de matrimonio. Poco menos de un año después, en una ceremonia civil donde apenas asistieron 12 invitados, ambos se unieron legalmente. Cuando se le preguntó al actual vicepresidente por qué se había casado en secreto, este contestó que 'era un asunto particular' resultado de una 'fuerte atracción'.

Aunque Marcela, que no usa ni joyas, ni perfumes y evitas las marcas de renombre y los estilistas, terminó la carrera de Derecho, no ejerce la profesión puesto que optó por hacerse cargo de su hijo Michelzinho, quien ahora tiene siete años y es el quinto hijo de Temer. 

A pesar de la polémica que ahora la hace el blanco de las feministas de Brasil, Marcela declaró varias veces su admiración por Rousseff de quien dijo que es una mujer 'bonita e inteligente'. Asimismo calificó a la mandataria como un 'ejemplo para el mundo' en plena campaña electoral:

"Las mujeres pueden mostrar que ellas actúan muy bien como amas de casa, madres, médicas, abogadas y presidentes".

Sin embargo, con las luces sobre ella por el reciente artículo y por una fotografía que mostró un tatuaje en la nuca con la palabra 'Temer', ha preferido quedarse en su casa en San Pablo donde Temer pasa los fines de semana con ella, a pesar de que le corresponde residir en el Palacio Jaburu. 

(Con información de infobae.com)

(Foto de cabecera: brasil.elpais.com)