"Estaba dictando clases y me empezaron a 'reventar' el teléfono y el Whatsapp. Yo no sabía qué pasaba. Cuando terminaron mis clases a las 9 am, vi una cantidad increíble de mensajes y llamadas. No sabía que estaba pasando, y apenas comencé a ver los mensajes y el video de Moroni, lloré por horas. Perdonen pero hasta ahora me sigo conmoviendo porque la verdad es que esta es una lucha de muchos años y mucha gente que se ha visto dañada" 

A José Enrique Escardó se le quiebra la voz al contar cómo y dónde lo encontró la noticia del anuncio de Alessandro Moroni, Superior General del Sodalitium Christianae Vítae, donde, a nombre de toda su organización religiosa, pide perdón por los abusos "de cualquier índole" cometidos por ella e informa la separación de Luis Fernando Figari.

Luego de la publicación de este video, los periodistas autores de 'Mitad monjes y mitad soldados', Pedro Salinas y Paola Ugaz, realizaron una conferencia de prensa donde dieron sus impresiones sobre el anuncio sodálite. Tras ella aprovechamos para tener esta conversación con José Enrique, quien los acompañaba.

José Enrique conoció al Sodalicio en 6to de Primaria, a los 12 o 13 años. A los 17 ya había entrado a vivir en comunidades manejadas por la organización, y ahí se quedó hasta los 19. En total 8 años de su vida con la organización. En diversas oportunidades ha relatado que sus experiencias en esta época en el retiro de San Bartolo estuvieron plagadas de abuso físico y psicológico

"Pero lo peor fue lo que pasó después, hace 15 años, cuando comencé con mis denuncias", nos cuenta. "Ahí es cuando el Sodalicio mostró su verdadera cara". Con el fin de desacreditar sus denuncias, la organización acusó a José Enrique de mentiroso, drogadicto, de enfermo mental, de todo. Mintieron a su familia, y lo alejaron de sus amigos, que pensaron por muchos años que estaba loco.

A pesar de todo esto, José Enrique ha podido reconstruir su vida. "Obviamente con mucho daño detrás", asegura. "Pero yo tomé la decisión de dejarle un legado a mi hija. Y siento que con esto lo conseguí. Nuestros hijos, nuestros nietos, van a poder entrar, por ejemplo, a Google, y al buscar 'Sodalicio' o 'Luis Fernando Figari' van a poder encontrar no lo que ellos querían que nosotros veamos, sino lo que realmente sucedió. Con eso a mí me basta. Miles y miles de personas están protegidas. Ahora lo que pueda hacer la justicia, que probablemente sea muy poco, o lo que quiera hacer la iglesia, es secundario para mí. Más importante es lo que la gente sabe hoy." 

José Enrique Escardó

Más allá de cómo lo conmovió ver sus denuncias,  y la de muchas víctimas más, finalmente contestadas, José Enrique toma con pinzas el mensaje de Moroni:

Yo no le creo nada al Sodalicio. A mí me han robado mi fe, mis libros, mi juventud, mi familia, trabajo, me han robado económicamente. Me han hecho mucho daño. Yo no les creo nada, sin embargo tengo que mantener una visión un poco objetiva en nombre de las víctimas y reconocer que por lo menos ha habido un pronunciamiento y una primera acción que es declarar el alejamiento de Figari .

Pero, ¿y qué esperar de esta organización ahora que ha aceptado sus culpas? José Enrique no tiene dudas:

Yo creo que lo que se tiene que hacer es destruir al Sodalicio desde las bases y si hay buenas personas que están ahí y quieren seguir con su vida espiritual, que la practiquen en otras asociaciones o instituciones religiosas. El Sodalicio está construido con el ADN de Figari, entonces tratar de pensar que se puede reestructurar o no es una falacia. Para mí es una excusa decir 'él ya no es parte, pero nosotros seguimos'. 'Seguimos' con los negocios. 'Seguimos' con todo lo que hemos venido haciendo. Siguen las mismas personas, los mismos jerarcas. Eso para mí no es una señal de cambio.

Probablemente los abusos siguen 


Una de las razones de esta postura es que a José Enrique le han llegado noticias de que las prácticas abusivas continúan, además de que no hay ninguna intención de cambiar a la cúpula sodálite: 
"A mí lo que me preocupan son las denuncias que hemos conocido a través de la investigación del libro, por la que yo agradezco mucho a Pedro y a Paola. Pero yo ya venía conociendo algunas de parte de padres de familia y estudiantes de colegios del Sodalicio. Por ejemplo, Alfredo Draxl, a quien denuncié hace 15 años, ha sido director del San Pedro hasta este año. Es increíble que no se haya movido un dedo todo este tiempo. El gobierno, los congresistas que vienen, tienen que iniciar una investigación seria"

Pedir perdón realmente


Si las disculpas de Moroni fueron, entonces, casi un mero saludo a la bandera, asoma la pregunta de cómo empezar realmente a pedir perdón a las víctimas de abuso psicológico, físico y sexual del Sodalicio. Para José Enrique la cosa pasaría, además de entregar reparaciones civiles, por gestos menos distantes y convenientemente fáciles que el envío de un video a un medio de comunicación nacional:
A mí lo que me interesa es que a los cientos y miles de víctimas se les atienda, se les mire a los ojos, se les pida perdón y se les diga 'qué puedo hacer por tí'. Y que el Sodalicio les de lo que piden, porque se lo merecen. 

¿Y, personalmente, de qué manera él consideraría aceptar disculpas de parte del SCV?:

Yo sólo me voy a sentir bien el día que Luis Fernando Figari esté aquí en el Perú, me llame y pueda sentarme frente a él para que me pida perdón por los abusos que ha cometido no solamente conmigo, sino con todas las personas que han sufrido en su institución. Sólo ese día yo voy a poder decir que estoy satisfecho porque Figari realmente estaría pagando por lo que tiene que pagar. Mientras no lo haga, a mí no me interesa cualquier paso que se dé con relación a él.

Por si no queda claro con lo dicho por José Enrique Escardó, esta separación y estas disculpas públicas son, para las víctimas del Sodalicio, un tibio e insuficiente, aunque necesario, primer paso.


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